Más de 3.000 personas de más de veinte países de todo el mundo pertenecen a la Comunidad Católica Shalom, fundada en Brasil en 1982. Estos jóvenes, familias, matrimonios y sacerdotes conviven juntos en las llamadas “comunidades de vida”. Sus tareas incluyen, sobre todo, la evangelización de los jóvenes y el trabajo con grupos marginados por la sociedad, y sus vidas están marcadas por la celebración diaria de la Santa Misa, la oración personal, la contemplación de la Sagrada Escritura y el seguimiento radical de Cristo.
Particularmente gratificante es el gran número de vocaciones sacerdotales que surgen en la Comunidad. Así, en Fortaleza, Brasil, 54 jóvenes se están preparando para el sacerdocio.
El P. Vitor Bomfin Santos, que completó allí su formación, fue ordenado sacerdote en diciembre de 2019, poco antes del comienzo de la crisis del coronavirus. Estos tiempos difíciles, en los que hay “tanto sufrimiento y tantos desafíos” también los vive como un “tiempo en el que Dios concede muchas gracias”. Durante este tiempo ha descubierto su especial vocación de dedicarse al servicio de las personas sin techo y los necesitados. Dice: “Siempre he tenido mucho amor por los pobres, y poder servirles directamente como sacerdote es una gran alegría para mí. Encontrarme con ellos en las plazas, escuchar sus historias y poder confesar a personas que no se habían confesado en mucho tiempo, e incluso bautizar a un niño de padres sin hogar, es para mí una gracia, y doy gracias a Dios por mostrarme en estos tiempos cuál es la misión en mi sacerdocio”. Para él, los pobres no son sólo “casos”, sino que la experiencia con ellos le hace ser consciente en todo momento de la llamada de Dios.
Los 54 seminaristas de Fortaleza todavía se están preparando para ser ordenados sacerdotes para servir a Dios y a los hombres aún más profunda e intensamente. Rai Rannier, de 25 años de edad, asegura: “Buscaba una vida de conversión total a Dios y a Su Iglesia”. Para él, lo más importante es el encuentro con Cristo. Él y sus compañeros del seminario ya están compartiendo las experiencias que hacen en su viaje con Cristo con otros jóvenes que también están buscando una vida de seguimiento de Cristo.
Fuente y foto: ACN Colombia