El 91 % de los peruanos desaprueba la destitución del expresidente Martín Vizcarra a manos del Congreso que se produjo el pasado día 9 de noviembre, mientras que un 78 % de ellos responsabiliza exclusivamente al Parlamento por la crisis política que se desató en consecuencia.
Así se desprende de la primera encuesta publicada sobre la gravísima crisis política y social que dejó dos muertos, decenas de heridos, casos de desaparecidos y la sucesión de dos presidentes en menos de una semana, realizada por el Instituto de Estudios Peruanos y difundida por el diario La República.
Los datos de la encuesta coinciden con la apreciación evidente en las calles del rechazo masivo a los pasos del Congreso que llevaron a la asunción de Manuel Merino como jefe del Estado y su ilegitimidad.
La encuesta se realizó por vía telefónica entre los días 12 y 15 de noviembre, aún bajo el mandato de Merino y antes de su dimisión, y cuenta con un margen de error de +/- 3,9%.
En otro dato significativo, la desaprobación de la gestión del Congreso alcanzó el 90 %, mientras que la aprobación de Vizcarra al momento de su destitución fue del 77 %, un registro récord en la vida política peruana y pese a las graves acusaciones de corrupción que pesan en su contra.
En octubre, la desaprobación del Congreso era del 65 %. El 83 % de los peruanos considera además que la decisión de la vacancia se dio exclusivamente por los intereses políticos o personales de los congresistas y no por su compromiso en la lucha contra la corrupción.
Tal es así que un 56 % de la población, siempre según esta encuesta, considera que este Congreso es peor aún que el disuelto en septiembre de 2019, un paso que fue decretado por Vizcarra y que también contó con un respaldo abrumador entre la población.
El lunes 9 de noviembre, una votación abrumadora en el Congreso, con 105 votos a favor sobre 130 diputados, declaró «incapacitado moral» al entonces presidente Martín Vizcarra y su sustitución por el presidente del Congreso, Manuel Merino, en función de lo que establece la Constitución. Merino, tras la presión en las calles de personas que pedían su renuncia, dimitió tras cinco días en el cargo. Ahora, el centrista Francisco Sagasti asumió el poder, siendo un congresista considerado de consenso, tanto por los partidos políticos como por los ciudadanos.