Este siete de diciembre se llevará a cabo la cuarta reunión virtual de la Mesa de Concertación de Políticas Laborales y Salariales en la que las centrales obreras serán las primeras en destapar sus cartas para dar a conocer oficialmente su propuesta alrededor del incremento del salario mínimo para el próximo año.
En medio de esta discusión se tienen en cuenta dos datos claves: la variación de la inflación, que a noviembre llegó a 1,49%, y la productividad laboral que cayó 8,38% durante este año, como consecuencia de la pandemia ocasionada por la covid-19.
Para el director del Centro de Estudios del Trabajo (Cedetrabajo), Mario Valencia, en esta discusión es importante tener en cuenta el choque económico que han sufrido los trabajadores por la emergencia sanitaria.
“El aumento del salario mínimo del 2021 tiene que considerar la pérdida de poder adquisitivo que han tenido los trabajadores especialmente los que ganan esa cifra. Ese es el argumento principal de la negociación que corresponde también a un diálogo político y social en el que hay que considerar el poder adquisitivo de los trabajadores como argumento central”, afirmó el experto.
Aunque el Gobierno Nacional y el sector empresarial no han dado a conocer su propuesta sobre el alza del salario mínimo, lo cierto es que ambas partes están de acuerdo con que el aumento del próximo año debe ser ‘austero’ para evitar la pérdida de más empleos.
En esta posición coincide Juana Téllez, economista y Jefe del banco Bbva, “necesitamos un aumento bajo del salario mínimo, nosotros tenemos una expectativa de inflación de 2,8% para el próximo año y para el actual es de 1,7%, el incremento del salario debería estar muy cerca a la inflación».
Por su parte, varios centros de estudios económicos esperan que el aumento salarial sea cercano al 3%, alrededor de 26 mil pesos, advirtiendoquededecretarseunaumento superior podría aumentar el desempleo y la informalidad en el país.