Pese a que pueda parecer una historia de ciencia ficción, la realidad es que desde hace varios años en China se han invertido recursos y talento científico para lograr el diseño de un sistema que le otorgue al hombre, la posibilidad de crear o impedir la lluvia en un área específica.
Ahora la prensa internacional reporta un comunicado que habría sido emitido por el país asiático, en donde se anuncia que el estado ampliará los esfuerzos dirigidos al programa destinado al control meteorológico. Aparentemente, el propósito de esta iniciativa es poder controlar las lluvias en un área de aproximadamente 5,5 millones de kilómetros cuadrados.
Según medios especializados, desde el 2012 hasta 2017 el gobierno China gasto miles de millones de dólares en el desarrollo de programas destinados a la modificación del clima, pero ese no sería el único país interesado en el control de las lluvias pues Estados Unidos también ha invertido dinero en experimentos de control meteorológico.
¿En qué consiste este proyecto?
La apuesta de China es poder controlar lluvias de forma artificial, esto con el objetivo de favorecer a la industria de la agricultura de ese país, pues las fuertes lluvias y la ausencia de ellos causan serios daños en los cultivos. De igual manera, este podría convertirse en una respuesta más eficiente para apagar incendios forestales, contrarrestar sequías o para contener otros desastres naturales.
Actualmente los científicos han asegurado que ya existe un método para provocar lluvias, el cual consiste en agregar pequeñas cantidades de yoduro de plata en las nubes que se encuentren cargadas de agua. Mediante este proceso de logra que el agua se condense en menos tiempo y así se produce la lluvia.
Cabe destacar que la iniciativa china ya ha generado preocupación en la comunidad internacional, pues las naciones vecinas al gigante asiático temen sufrir efectos adversos a causa de los experimentos meteorológicos que está adelantando China.
Algunas naciones temen que el provocar lluvia en territorio chino termine alterando el ciclo de lluvias en otros países, lo cual no solo causaría efectos severos en la agricultura sino en la flora y fauna de una nación.