El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió el sábado a los gobiernos que declaren un «estado de emergencia climática» y cumplan con sus objetivos de recortar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los actuales compromisos «están lejos de ser suficientes» para limitar el aumento de la temperatura media del planeta a un máximo de 1,5ºC, advirtió Guterres, al intervenir en la cumbre virtual del clima, que conmemora el quinto aniversario del Acuerdo de París.
Entre tanto, ya varias organizaciones ambientales y colectivos ciudadanos han manifestado su frustración sobre las promesas inclumplidas, tras cinco años después de celebrarse uno de los acuerdos ambientales más complejos e importantes para el futuro de la especie humana.
Jennifer Morgan, directora Ejecutiva de Greenpeace Internacional, señaló que «la felicidad que sentí en París hace cinco años hoy se ve opacada por la realidad de la emergencia climática y la respuesta completamente inadecuada de los gobiernos. En lugar de ver gobiernos apoyando una recuperación verde y justa, y asumiendo compromisos en línea con el objetivo de no superar el aumento de 1,5 ° C, hemos sido testigos del apoyo continuo a la industria de los combustibles fósiles que provocó la emergencia climática».
Y añade que: «toda lucha debe estar guiada por la determinación y la esperanza. El crecimiento de los movimientos en todo el mundo en los últimos cinco años es un testimonio de que hay una comprensión común de lo que está en juego, y nos da el coraje para actuar. Hoy es un día para que los líderes demuestren que han escuchado a las personas y a la naturaleza, y que pueden guiarnos a través de esta crisis climática ”.
Juan Pablo Osornio, líder de Política Climática de Greenpeace International, declaró que en «el quinto aniversario del Acuerdo de París ocurre mientras sufrimos colectivamente una pandemia. El sentido de seguridad y bienestar de las personas se está poniendo a prueba como nunca antes. Los gobiernos deben aprovechar esta oportunidad para demostrarle al mundo que son capaces de protegernos de las amenazas globales. Deben solidarizarse con las personas que se han vuelto vulnerables por los intereses de los combustibles fósiles y alinear sus medidas de recuperación y sus compromisos con el límite de aumento de temperatura que impone la emergencia climática, de 1.5° C».