La Compañía de Jesús ha identificado 81 casos de menores de edad y 37 de adultos que fueron víctimas de abusos sexuales en España por parte de 96 religiosos de esta orden, la mayoría en colegios y entidades educativas, entre 1927 y 2020.
Según el documento «Informe sobre los abusos cometidos por religiosos jesuitas en las provincias españolas», publicado hoy, en el 20 % de los casos hubo abusos con reincidencia, y en el resto solo consta una denuncia.
De los acusados de abusos sufridos por menores, 48 ya fallecieron y 17 siguen vivos, de los que cuatro ya no son jesuitas y los otros 13 están apartados del contacto con menores, cumplen sanciones o están esperando resolución de procesos canónicos o civiles.
Respecto a los 31 jesuitas acusados de abusar de adultos, ocho siguen vivos y 23 murieron.
«En la mayoría de los casos solo hay una víctima», explicó el responsable de Comunicación de la orden, José M. Rodríguez Olaizola, y se observa «una especial vinculación al ámbito educativo, la mayoría de los abusos surgen en colegios o vinculados a colegios».
Los jesuitas publican esta investigación interna para «rendir cuentas del pasado y pedir perdón», aseguró el padre Antonio España durante la presentación del Sistema de Entorno Seguro de la Compañía de Jesús para la sensibilización, intervención y prevención de los abusos en sus instituciones.
«Queremos aprender a pedir perdón a las víctimas y a la sociedad por los abusos, por la cultura del silencio, por no afrontar directa y limpiamente los hechos; queremos tener presente a las personas que sufren esa herida y tratar de no redoblar su dolor», añadió España.
En el informe se pueden ver los casos década a década, pero no se recogen los nombres de los jesuitas implicados ni de las víctimas, como han pedido la mayoría de ellas.
La Compañía de Jesús creó en 2019 la figura de Responsable de Entorno en todos los sectores de la institución, educativo, social, universidad y pastoral, y un buzón de recogida de denuncias: «[email protected]».
«Estamos aprendiendo a dar respuesta a estas personas, siendo ahora conscientes de cómo una intervención insuficiente, bien desde la ignorancia o la incomprensión, a veces por miedo, ha podido revictimizarles y crearles más dolor», comentó Susana Pradera, encargada de presentar la iniciativa de entornos seguros.