Una de las aspas del ventilador del motor del avión Boeing que se averió poco después de despegar del aeropuerto estadounidense de Denver mostró signos de fatiga en el metal con el que está fabricado, dicen los investigadores de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de EE.UU. (NTSB).
El órgano supervisor de la seguridad aérea estadounidense explicó anoche en una comparecencia en redes sociales que esa pieza se someterá a más exámenes.
La compañía Boeing recomendó este lunes suspender las operaciones de los 69 aviones del modelo 777 que se encontraban en servicio y de los 59 en almacenamiento, todos ellos con motores del tipo «Pratt & Whitney», tras el citado incidente ocurrido el sábado con uno de ellos en pleno vuelo.
La decisión se produjo después del incidente registrado el pasado sábado por uno de estos aviones, el vuelo 328 de la compañía United Airlines, que partió desde la ciudad estadounidense de Denver, en Colorado, con destino a Honolulú, en Hawái.
La nave tuvo que regresar de emergencia después de sufrir problemas con un motor, cuyas partes cayeron sobre un suburbio de la capital del estado de Colorado, informaron las autoridades.
La NTSB confirmó que se habían roto dos aspas del ventilador del motor Pratt & Whitney del vuelo 328. Uno de ellos mostró signos de fatiga en el metal y los investigadores creen que se rompió y astilló la segunda hoja.
El presidente de la NTSB, Robert Sumwalt, explicó que las palas serían enviadas a un laboratorio de Pratt & Whitney para que los inspectores de seguridad las examinaran más a fondo.
«Nuestro objetivo es comprender lo que sucedió y por qué sucedió para que podamos evitar que esto vuelva a suceder», subrayó.
El vuelo 328 de United transportaba a 231 pasajeros con destino a Honolulu cuando sufrió una falla en su motor derecho. Los pasajeros a bordo del vuelo de Denver describieron una «gran explosión» poco después del despegue y el avión comenzó a temblar violentamente y a perder altitud.
Las autoridades neerlandesas investigan desde ayer otro incidente con un avión de carga Boeing 747-400 que perdió varias piezas de las palas de la turbina tras sufrir un incendio, aparentemente en un motor, tras despegar del aeropuerto de Maastricht con destino a Nueva York, por lo que tuvo que aterrizar en Bélgica.
Dos personas resultaron heridas leves en Meerssen por la caída de las piezas del avión, lo que también causó daños a varias casas y coches de la ciudad.