La Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare (Cornare) instaló un rastreador GPS-VHF-UHF en la pata de uno de los hipopótamos de la hacienda Nápoles, ubicada en Puerto Triunfo, que fue propiedad de Pablo Escobar.
La medida busca seguirles la pista a estos animales, cuya descontrolada reproducción ha puesto en riesgo a especies y habitantes de la subregión del Magdalena Medio antioqueño.
Los hipopótamos de Pablo Escobar, como se conocen popularmente, han circulado por los municipios de Puerto Nare, Puerto Berrío y Puerto Triunfo, sobre todo por el corregimiento de Doradal. Incluso, han recorrido hasta 10 kilómetros en una sola noche.
El rastreador GPS puede durar cerca de un año y toma las coordenadas del animal precisamente en las noches, entre las 6:00 a.m. y las 6:00 a.m., cada media hora. El dispositivo no funciona bajo el agua y por eso se escogió esa franja de tiempo, pues es cuando el hipopótamo está pastoreando, indica Cornare.
«Los datos que arroje el rastreador GPS permitirán corroborar y comparar algunos registros realizados por Cornare, los cuales han evidenciado recorridos de hasta 10 km en una noche», explicó Gina Serna Trujillo, veterinaria de la entidad, citada por un comunicado.
Asimismo, con base en los seguimientos, se podrán plantear estrategias para contener la desaforada reproducción de los hipopótamos: «Se puede aportar información valiosa para las decisiones futuras que permitan controlar el crecimiento descontrolado de los hipopótamos», agregó Serna Trujillo.
Cabe recordar que entre las propuestas para controlar la población de estos animales están la de sacrificarlos y la de esterilizarlos. La primera ha tenido una fuerte resistencia por parte de animalistas y la segunda tiene el inconveniente de su costo y de la dificultad de ubicar a los hipopótamos. Expertos estiman que hay entre 50 y 70 circulando.
«Ahora mismo las entidades no ven la especie como un problema, pero a futuro, cuando haya 400 o 500 hipopótamos, podría representar una amenaza para la supervivencia de otras especies que comparten zonas de alimentación», explicó el biólogo Enrique Zerda Ordóñez el pasado 14 de enero, consultado por la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional.