El abogado y activista austríaco Max Schrems presentó este miércoles una demanda contra Google al considerar que la empresa monitoriza de forma no consentida a los usuarios de Android, especialmente en la Unión Europea, lo que equivale a unos 300 millones.
En la demanda, la ONG liderada por Schrems, Noyb (None of Your Business, No es asunto tuyo), insta a las autoridades francesas a iniciar una investigación contra estas «operaciones ilegales» para obligar al gigante estadounidense a cumplir con las leyes de protección de datos de la UE.
Los teléfonos Android, al igual que los de Apple, generan un código único -el AAID- con el que identifican a cada uno de sus usuarios y monitorizan su comportamiento, desde descargas y aplicaciones más usadas hasta las zonas de la pantalla que toca en cada momento.
A este identificador tienen acceso tanto la propia Google como sus cliente que, según la demanda, analizan el comportamiento de los usuarios para identificar preferencias de consumo y colocar anuncios personalizados.
Schrems considera que Google, además, no sólo genera el AAID sin el consentimiento del usuario, sino que le impide eliminarlo ya que incluso un reinicio no suprime los datos recogidos ni detiene la monitorización posterior.
«El AAID es como un polvo de color que tienes en tus pies y manos, hace que se pueda ver cada movimiento que haces en el ecosistema del teléfono móvil. Además, no puedes deshacerte de él, solo cambiarle el color», explicó en un comunicado el abogado de protección de datos de Noyb, Stefano Rossetti.
Mientras tanto YouTube, empresa de Google, anunció que proporcionará a partir de ahora una estimación del número de videos que se ven antes de ser eliminados de la plataforma por infringir sus normas, según anunció el martes el servicio de vídeo de Google.
Su informe trimestral de moderación de contenidos incluirá este «índice de visualizaciones infractoras» para mostrar qué porcentaje de visualizaciones implican contenidos que infringen sus normas: bastante menos del 1%, en este caso, para los últimos tres meses de 2020.
«Es una cifra muy baja», subrayó en rueda de prensa Jennifer O’Connor, directora de seguridad de YouTube. «Obviamente queremos que sea aún más bajo, y para eso trabaja mi equipo día y noche».