El director de C Análisis, analista de economías criminales y políticas antinarcóticos, Daniel Rico, advirtió que los tiempos no le darían al Gobierno de Iván Duque para reanudar la aspersión con glifosato.
En diálogo con RCN Radio, el experto se refirió al decretó que firmó el presidente y con el que se autoriza de nuevo ese procedimiento para erradicar los cultivos legales en varias zonas del país.
“Les ha tomado mucho tiempo, hay serios problemas de organización y liderazgo al interior del Gobierno de Duque y por ende, no se ve viable que se pueda reanudar la estrategia de aspersión. Este protocolo pone nuevamente el debate, pero de fondo los temas que tienen que resolverse para realizar la aspersión de manera segura y cumplir con los requisitos de la Corte, no están dados y todavía falta un largo camino para lograrlo”, explicó Rico.
Agregó que “es importante tener una estrategia antinarcóticos y la estrategia puede incluir muchos aspectos como el control de insumos químicos, lucha contra el lavado de activos, programas de sustitución de coca y en esa ecuación puede o no estar la aspersión aérea».
El analista también señaló que “hemos tenido casos exitosos donde la aspersión ha permitido reducir el número de incidentes y ha desmontado estructuras de producción de coca, pero también hemos tenido experiencias malas. Acá depende de qué estrategia estamos hablando y bajo qué contexto se puede usar”.
El director de C Análisis manifestó que “en esta administración no hemos encontrado que exista una estrategia, es decir, lo que se está sustituyendo es utilizar una herramienta y presentarlo como una estrategia y realmente la aspersión aérea debería ser una herramienta dentro de un portafolio de acciones que lleva adelante el Estado”.
Rico también señaló que lo primero que debe tener el Gobierno es una estrategia clara y sólida con los recursos que tiene.
“Este Gobierno ha realizado mucha publicidad con ponerse unas metas ambiciosas. Recordemos que el presidente Duque en su primer viaje a Washington dijo que iba a reducir el 70% de cultivos ilícitos en cuatro años, después ajustó sus expectativas al 50% y se mantiene en esa meta, a pesar de que ya lleva más de la mitad del Gobierno y no ha logrado reducir de manera significativa ni una sola hectárea”.
Enfatizó que “lo que se está presentando es la iniciativa de utilizar la aspersión aérea como el gran comodín que va a resolver todos los problemas en el Estado y que va a resolver los problemas con las comunidades”:
Daniel Rico expresó que “el reinicio de la aspersión aérea no se va a dar ni en abril y tal vez sea un tema político de campaña porque los recursos logísticos y lo más complejo no se ha podido resolver. Este decreto no resuelve cosas de fondo que la Corte pregunta no resuelve cómo se va a articular la aspersión aérea con los programas de sustitución de coca, cómo se va a manejar el tema de consulta previa con las comunidades afectadas o cómo se va a hacer para responder con el tema de la evidencia de las garantías en materia de salud y ambiente”.
Por otra parte, se refirió a los costos de ese procedimiento y precisó que “se pueden cumplir con todos los requisitos, pero ¿De dónde van a salir los recursos para aspersión aérea?».
En ese sentido, aseguró que “reanudar la aspersión aérea puede costar entre US$100 millones y US$150 millones, y cada año se debe ejecutar ese mismo valor para recursos adicionales. Entonces, acá todos conocemos el déficit fiscal y esa es la pregunta. Algunos dicen que esos recursos los dará Estados Unidos y yo le he realizado seguimiento y allá en ningún momento se habla ni se propone algo así. Una vez se superen estos elementos legales se debe tocar el tema de presupuestos”.
Rico concluyó que “erradicar 130.000 hectáreas eso no es estrategia, es un taxímetro que no marca la realidad. Varios medios han sacado informes que relevan la falsedad de los reportes de las estadísticas de erradicación manual, esa no es una cifra real. Tenemos que contrastar esa cifra de 130.000 hectáreas con las de siembra y el resultado que importa al final es cuanta cocaína se produce en Colombia. Ese dato lo tenemos claro y es que no ha dejado de aumentar. En 2019, fue el año histórico en producción de coca”.
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