Debido a la realidad que se vive por consecuencia de la pandemia de orden mundial por el virus COVID-19, se han tomado medidas para el control de la propagación y escasez de bóvedas para los fallecidos por esta patología, evitando de esta manera problemas de mayor magnitud.
De manera transversal la Secretaría de Obras Públicas y la Oficina de Gestión del Riesgo de la Secretaría de Gobierno, adelantaron labores para la construcción de 300 bóvedas en el cementerio municipal; trabajando de manera extensa y gestionando los recursos para dicha construcción, se logró cumplir con el objetivo de las unidades pactadas.
Los trabajadores oficiales estructuraron labores para construir de 30 en 30 bóvedas, permitiendo avanzar paulatinamente en el levantamiento de los muros, fundido de plancha y pañete final. Estas estructuras están en las condiciones para aislar los agentes contaminantes de las personas fallecidas que allí reposan.
La obra estuvo bajo la coordinación del Arquitecto Arley Latriglia, utilizando el personal pertinente, una retroexcavadora pajarita, una mezcladora y un carrotanque.