Fuera de la Presidencia de EE.UU. y de Twitter, Donald Trump perdió protagonismo en los primeros 100 días del Gobierno de Joe Biden, pero todo puede cambiar cuando tenga su propia red social y arranque la campaña de las elecciones legislativas de 2022, antesala de unas presidenciales en las que no ha descartado ser candidato.
Un Trump que de la noche a la mañana pasó de omnipresente a invisible, luego a ser visto solo esporádicamente, ha seguido dando zarpazos a los demócratas y a Biden desde Florida, pero con mucha menos frecuencia y eco que cuando tuiteaba sin freno.
Los que auguraban que sería un constante azote para el nuevo Gobierno quedaron enseguida sorprendidos por su escasa visibilidad.
Cuando denunció que el abandono de la política de mano dura contra la inmigración ilegal que él aplicó estaba causando un «desastre» en la frontera con México se vio y recordó algo del antiguo Trump.
Pero mucho más cuando criticó sin piedad a líderes republicanos como Mitch McConell o al exvicepresidente Mike Pence por no haber defendido su tesis de que un fraude le robó la victoria en las elecciones de 2020.
Analistas republicanos y demócratas consultados por Efe coinciden en señalar que el bajo perfil de Trump desde que dejó la Casa Blanca y se instaló en Florida el 20 de enero no significa que se haya desinteresado de la política y lo ven con potencial para volver a ser candidato en las elecciones de 2024.
TRUMP MANTIENE EL MISTERIO
«Estoy estudiando (lo de ser candidato) muy seriamente, más que seriamente, pero por razones legales no quiero realmente hablar de eso todavía. Es demasiado pronto», dijo Trump cuando Sean Hannity, periodista del canal Fox News, le preguntó el 20 de abril.
Cultivar el misterio forma parte del juego político, pero el estratega republicano Alfonso Aguilar cree que realmente el expresidente «todavía no se ha concentrado en 2024».
Su decisión va a depender del resultado de las legislativas de 2022, en las que los republicanos quieren recuperar el control de las cámaras y Trump, que mantiene su popularidad en la base del partido, puede ayudar a lograrlo, dice.
Richard Tapia, analista demócrata y profesor en la universidad Miami Dade College, opina que Trump tiene «posibilidades serias» de conseguir la nominación republicana para competir por un segundo mandato, cuatro años después de haber perdido la reelección ante Biden, quien cumplirá cien días en la Presidencia el 29 de abril.
Pero Tapia no descarta que las diferencias internas dentro del partido no se resuelvan y surja un candidato conservador anti-Trump que se presente como independiente y divida el voto republicano o que sea el expresidente el que compita por fuera del Partido que tiene como símbolo el elefante.
«Trump es una sombra sobre el Partido Republicano«, dice Tapia para explicar cómo pesa sobre esa fuerza política.
UN LEÓN HERIDO
Desde el 20 de enero, el expresidente está residiendo en su club privado Mar-a-Lago, en Palm Beach, en la costa este de Florida, un estado en el que fue el más votado en noviembre, al igual que en las elecciones de 2016, cuando ganó a Hillary Clinton.
Trump llegó a Florida derrotado, todavía con el recuerdo vivo de la casi unánimemente condena de la toma del Capitolio por partidarios suyos a los que antes había arengado para que no aceptasen un «fraude» electoral – del que dijo haber sido víctima – y sin el arma que lo ayudó a conectarse con el estadounidense de a pie.
Twitter le cerró su cuenta millonaria en seguidores como castigo por haber incitado a la violencia con sus mensajes.
Después de un tiempo de silencio, Trump anunció la creación de la Oficina del Presidente número 45 para comunicarse por correo electrónico, luego apareció una web y finalmente sorprendió con la noticia de que está creando una red social propia.
«Para junio probablemente saldrá esa plataforma, él ha estado en reuniones con distintos equipos digitales para trabajar en el concepto», dijo Aguilar.
Su primera intervención pública como expresidente fue en febrero pasado en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) celebrada en Orlando (Florida).
FUEGOS INTERNOS EN EL PARTIDO REPUBLICANO
«Me presento ante ustedes hoy para declarar que aquel viaje increíble que comenzamos juntos cuatro años atrás está lejos de haber terminado», dijo a sus seguidores en esa ocasión.
Trump se burló de las «fake news» que decían que iba a crear un nuevo partido. «Tenemos el Partido Republicano que se va a unir y a ser mas fuerte que nunca antes», subrayó.
Sin embargo, sus ataques verbales contra McConnell, líder de la minoría en el Senado, al que llamó «hijo de perra», preocupan de cara a las decisivas elecciones de 2022, cita donde los republicanos necesitan ganar para quitarle al Partido Demócrata el control del Legislativo o al menos su exigua mayoría en el Senado.
La preocupación viene también por el respaldo que Trump está dando a seguidores suyos para competir en las primarias republicanas para las elecciones de 2022, lo que puede perjudicar a otros candidatos del partido con más posibilidades de vencer luego a sus rivales demócratas.
«Él ya había recaudado después de la elecciones hasta que dejó la Casa Blanca y ahí recogió muchísimo dinero, ya tiene un fondo grande para ayudar a estas campañas de 2022″, dice Aguilar.
Tapia, por su parte, afirma que por ahora «los líderes del partido no le están dando oxígeno a los fuegos» que Trump crea, pero no hay que olvidar que hay otros republicanos con aspiraciones presidenciales.