Los organizadores de los Juegos Olímpicos de Tokio aplazaron a junio su decisión sobre la presencia o no de espectadores locales, un símbolo suplementario de la incertidumbre que continúa acompañando a la preparación del evento (23 de julio – 8 de agosto) en plena pandemia del covid-19.
Los organizadores anunciaron además que los deportistas participantes deberán someterse a test de covid-19 cada día, cuando el plan inicial preveía controles cada cuatro jornadas.
El público procedente del extranjero ya tiene prohibida la entrada debido a la pandemia, cuando Tokio y otros tres departamentos japoneses están desde el domingo colocados en un tercer estado de urgencia frente al aumento de los casos de covid-19, que impone que las manifestaciones deportivas se desarrollen a puerta cerrada.
Hasta ahora, diversos eventos como partidos de béisbol o de fútbol y un torneo de patinaje artístico se organizaron con público que llevaba mascarillas y que se abstuvo de aclamar a los deportistas.
Si los espectadores fueran autorizados a asistir a los Juegos, reglas similares serán impuestas, anunciaron los organizadores, dando a Tokio-2020 un ambiente diferente a las habituales celebraciones olímpicas.
Una decisión sobre el público local era esperada este mes, tras la que se tomó de prohibir la asistencia a los aficionados procedentes del extranjero, tomada en marzo.
Japón, relativamente menos afectado por el coronavirus que muchos otros países, con unas 10.000 muertes oficialmente contabilizadas desde enero de 2020, conoce actualmente un aumento de casos en varios departamentos.