Desde el mamad de su casa (bunker o salón de refugio), Gina Gómez, una colombiana que vive hace ocho años en Israel, relató como ha sido su experiencia con la reciente escalada de violencia que se registra entre ese país y Hamás en la que ha sido considerada como la peor crisis desde el 2014.
Lo que en el mundo hemos visto a través de pantallas de televisión y que se ve como una lluvia de misiles, esta sincelejana de 32 años lo ha tenido que ver, escuchar y oler en vivo y en directo, a pesar de lo aterrador que pueda resultar.
«Desde el 11 de mayo iniciaron a caer misiles en Jerusalén, que no es común, porque también es un lugar sagrado para los musulmanes y no van a querer destruir una mezquita. Ese mismo día en la noche empezamos a recibir misiles aún en el centro del país, incluso en ciudades que están en el norte y eso no es común porque los sectores que normalmente viven este tipo de situaciones son ciudades del sur», relató Gómez en diálogo con el noticiero de Rcn Radio de las 3:00 am.
Gina, quien es casada con un ciudadano Israelí y tienen un pequeño hijo, han tenido que pasar horas enteras dentro del mamad esperando no ser sorprendidos por uno de los 1600 misiles que han lanzado las milicias islamistas de Hamás y la Yihad Islámica desde la Franja de Gaza hacia a Israel.
Quienes están en medio de este conflicto, permanecen muy atentos al sonido de una especie de alarma comunitaria que indica que un artefacto explosivo del enemigo está a punto de ser detonado y que solo hay unos cuántos segundos para correr y refugiarse en aquel bunker que han hecho en su casa y que consta de muros más fuertes y resistentes al igual que sus puertas y ventanas.
Según Gina, los israelíes también están muy atentos al sonido que haga el misil al momento de detonar y eso se debe a que la tecnología de Israel desarrolló la llamada Cúpula de Hierro, un poderoso artefacto que detecta e intercepta los cohetes lanzados por el ‘enemigo’ desde el origen. Además calcula en milésimas de segundos dónde va a caer. Si calcula que el misil va a caer en el desierto lo dejan explotar, si creen que va a entrar en lugar habitado, la cúpula envía otro misil para interceptarlo y detonarlo en el aire.
Son momentos de mucha tensión porque una vez se «acaba el sonido de la alarma, tu te quedas escuchando para saber si la Cúpula de Hierro lo atrapó y entonces vas a escuchar un sonido diferente, pero cuando no lo atrapa también es un sonido muy fuerte y cuando eso pasa uno queda preocupado sobre el lugar en el que cayó».
«Ojalá haya caído en un campo abierto, que no haya caído en un edificio, que no haya heridos y tengan que prestarles atención, son algunas de las expresiones que se manifiestan una vez ha caído y no ha sido interceptado», relata.
La Cúpula de Hierro, nombre que se le da como un guiño a la Cúpula Dorada, es tan efectiva, que de los 1600 misiles que han sido lanzados contra la llamada Tierra Santa, ha logrado interceptar cerca del 90%, según relató recientemente el Ejército, que también dijo que los 400 fallidos han caído en la misma franja.
En su diálogo con Rcn Radio, Gina contó con tristeza que un niño murió hace pocas horas debido a que en su residencia cayó uno de los pocos misiles que no pudo ser interceptado por la Cúpula de Hierro y cree que con esta situación el Estado se pude enfurecer más.
Esta joven reflexionó sobre el conflicto colombiano y aunque dijo que lo que ha pasado en la historia del país latinoamericano es terrible, lo que sucede en esa región del oriente medio es realmente espantoso porque es ver «la guerra por el aire».
Gina recordó que aunque en la actualidad se está viviendo este conflicto, Israel es un territorio de paz y llegar a Jerusalén es ver un lugar muy especial porque hay musulmanes, cristianos y judíos todos juntos orando con credos diferentes en un lugar que se respira paz.