El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) en su último reporte sobre deforestación informó que el Caribe colombiano aumentó en 2020 con 105 hectáreas de bosques talados en comparación con el año 2019. Este aumento preocupa ya que la región cuenta con menos bosques en el país.
En el Caribe durante el 2020, se perdieron 12.896 hectáreas de bosques que se comparan con perder el tamaño de 1.170 canchas de fútbol. Sandra Vilardy, doctora en ecología indicó que aunque la cifra de pérdida de bosques en este lugar, es muchísimo menor que en la Amazonia (109.302 ha), «es preocupante precisamente por los niveles de vulnerabilidad climática».
«Lamentablemente las cifras de deforestación en el Caribe quedan invisibles dada la magnitud de las dimensiones en la Amazonia, principalmente, pero cualquier aumento de la deforestación en el Caribe es preocupante precisamente por los niveles de vulnerabilidad climática, los procesos acelerados de desertificación y la crisis del agua que está viviendo la región», indicó en diálogo con RCN Radio.
Vilardy quien también es profesora de la universidad de los Andes y directora de Parques Cómo Vamos aseguró que en el Caribe, «se necesita una acción diferencial, muy dirigida no sólo a frenar la deforestación, sino, sobretodo, a iniciar de manera decidida la restauración de los bosques perdidos en el Caribe colombiano».
La experta afirmó que se debe tener especial atención en las áreas protegidas con mayor deforestación en el Caribe especialmente en el Parque Sierra Nevada de Santa Marta y Paramillo.
Datos que faltan sobre deforestación
La profesora de la universidad de los Andes indicó que la información emitida por el Ideam y el ministerio de Ambiente sobre la deforestación en los Parques Nacionales «no es clara».
«Nos hubiera gustado tener mayor información con más detalles en la deforestación de áreas protegidas, donde tradicionalmente se hacía en el Ideam. Lo que vemos es que efectivamente, estamos ante una deforestación concentrada en los parques amazónicos como Tinigua y Chiribiquete que han sido afectados en los últimos años«, afirmó.
También recalcó que «pareciera que las acciones del gobierno para frenar la deforestación, está siendo más utilizada en otras zonas donde dicha tala de bosques no es tan marcada, como en la Orinoquia».
Vilardy se refiere a la estrategia de los bonos de carbón, una herramienta que ayuda a las comunidades y a la protección de los bosques, toda vez que las empresas a nivel nacional o internacional, buscan compensar las emisiones de gases efecto invernadero que emiten a la atmósfera con estos bonos.
«Esperemos que el gobierno pueda redireccionar sus acciones, no solo en el control de la deforestación, sino en los mecanismos con las comunidades locales», dijo.
Reiteró que quedó faltando los datos de la deforestación en los parques con detalle. La información que tenemos es que la tala de bosques aumentó en un 2% que representa más de 15.800 hectáreas.