Más de 200.000 personas se manifestaron este sábado en más de un centenar de localidades francesas contra el pasaporte sanitario, en el tercer sábado consecutivo de protestas en Francia contra esta medida.
Según el Ministerio del Interior francés, 204.900 personas participaron en las protestas, lo que representa un aumento respecto a los 110.000 y 160.000 manifestantes que hubo el 17 y 24 de julio.
El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció el 12 de julio el uso del pasaporte sanitario para acceder a numerosas actividades culturales y sociales, una medida aplicada entre finales de julio y principios de agosto.
Unas 14.240 personas se manifestaron en París, donde se convocaron varias protestas y se produjeron enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad.
Antes de una de estas manifestaciones, Jérôme Rodrigues, una conocida figura de la revuelta de los «chalecos amarillos», criticó a «los miembros del gobierno y de la prensa que os venden la eficacia de la vacuna, sin que haya prueba alguna de ello».
Más de 3.000 policías fueron desplegados en la capital francesa, donde la semana pasada se produjeron incidentes en la lujosa avenida de los Campos Elíseos, cuyos accesos estaban bloqueados este sábado.
Este fin de semana había convocadas manifestaciones en unas 150 localidades francesas para protestar contra el pasaporte sanitario, una medida apoyada por la mayoría de los franceses, según los sondeos.
«Yo soy el judío de Macron», «Vacúname contra el fascismo y el capitalismo» o «¡Medios mentirosos! Queremos la verdad», se podía leer en las pancartas de los manifestantes en Rennes (Bretaña, noroeste), donde se concentraron unas 2.900 personas a primera hora de la tarde.
Más de 20.000 personas protestaron en localidades del sudeste de Francia, sobre todo en Montpellier (8.500) y Niza (6.500).
«Presidente, diputados, senadores, científicos, periodistas, todos son unos cobardes«, denunciaba una de las pancartas en una de estas manifestaciones, en las que se repetían proclamas de «libertad, libertad«.
Los diputados y senadores franceses aprobaron definitivamente el domingo pasado la ley que extiende el uso del pasaporte sanitario, que obliga a presentar un certificado de vacunación con las dos dosis o un test negativo reciente.
Este documento se exige desde el 21 de julio para acceder a lugares culturales y de ocio, y será obligatorio a partir del 9 de agosto para ir a un bar o un restaurante y viajar en aviones y trenes de larga distancia.
Francia, que superó esta semana el 50% de la población vacunada, se confronta a un aumento de la circulación del covid-19, con más de 24.300 casos registrados el viernes.