Estados Unidos está evaluando qué hacer con cientos de personas, en su mayoría afganos, que subieron sin permiso a vuelos estadounidenses para salir de Afganistán o fueron evacuados por empresas privadas, y ahora aguardan en Doha y otros lugares sin pistas sobre su destino.
Así lo indicó este lunes un alto funcionario del Departamento de Estado, quien también reveló que todavía quedan en Afganistán unos 100 ciudadanos estadounidenses y residentes permanentes de Estados Unidos que quieren irse de ese país, pero resulta difícil evacuarlos debido a la falta de cooperación de los talibanes.
«Hemos tenido desafíos con los pasajeros una vez que desembarcan (en terceros países en los vuelos de evacuación). Hemos tenido polizones, personal del aeropuerto que ha trepado al avión, gente que desembarca que no estaba en la lista de embarque«, aseguró el funcionario en una rueda de prensa telefónica.
Incluso ha habido «menores no acompañados, que viajaban sin padres o sin tutor legal», y el Gobierno estadounidense no sabe «necesariamente quiénes son o por qué creen que pueden cualificar» para obtener asilo en Estados Unidos, añadió el funcionario, que pidió el anonimato.
A los que se colaron en aviones oficiales estadounidenses hay que sumar aquellos que fueron evacuados en vuelos privados, como 155 que se subieron en el último momento a una aeronave fletada a finales de agosto por Facebook, según informaciones de prensa.
El Departamento de Estado está revisando las circunstancias de cada uno de esos polizones para «intentar identificar a las personas que pueden decir de forma legítima que hoy por hoy enfrentan un riesgo grave» si siguieran en Afganistán, porque tienen «amenazas activas» en su contra, explicó la fuente.
Eso implica que no todos ellos necesariamente podrán trasladarse a Estados Unidos, sino que «algunos podrían ir a otros países que colaboran con Acnur y con la Organización Internacional de Migración (OIM)», añadió.
El funcionario no respondió directamente a la pregunta de si Estados Unidos podría devolver a algunos de ellos a Afganistán en caso de que se determine que no están en riesgo.
Mientras, el Departamento de Estado mantiene todavía suspendida la entrada al país de los afganos evacuados de Kabul, debido a la detección de varios casos de sarampión entre refugiados que ya habían llegado a Estados Unidos, confirmó el funcionario.
Las autoridades estadounidenses están llevando a cabo una «campaña masiva de vacunación» contra el sarampión entre los afganos evacuados temporalmente a Emiratos Árabes Unidos y otros países, y esperando a que consigan la inmunidad suficiente contra esa enfermedad antes de trasladarlos a Estados Unidos.
En cuanto a los estadounidenses en Afganistán, el funcionario explicó que desde el 31 de agosto, cuando se completó la retirada de tropas internacionales, el Gobierno estadounidense ha ayudado a salir del país a al menos 85 ciudadanos de su país y 79 residentes permanentes.
Aún quedan en Afganistán al menos 100 ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes que están «listos para salir» del país, y ayudarles a hacerlo es «la máxima prioridad» del Gobierno del presidente Joe Biden, según la fuente.
Hay dos obstáculos que están dificultando la operación para conseguirlos, explicó el funcionario: «Lo impredecibles que son los talibanes respecto a quién permiten salir» y «la ausencia de servicios aéreos comerciales regulares», y Estados Unidos está tratando esos dos temas directamente con representantes del grupo insurgente en Doha.