En la justicia de Estados Unidos se conocen todo tipo de casos, algunos que parecen casi sacados de la ficción. Esta semana se conoció el caso de un sujeto que fue condenado a 23 años de prisión por asesinar a su esposa porque le pidió el divorcio un día después del matrimonio.
El protagonista de este macabro caso es Tareq Alkayyali, quien es acusado de estrangular a Wasam Moussa en su apartamento en la ciudad de Arlington, Texas, una semana después de la llegada de la víctima a Estados Unidos desde Jordania, país de origen de ambos, según informó la Oficina del Fiscal del Distrito Penal del Condado de Tarrant, en Texas.
Según el reporte de esa oficina, la pareja se casó en Jordania, pese a la negativa de la mujer. Solo un día después de la boda, Moussa regresó a casa de sus padres al no estar de acuerdo con el matrimonio. Mientras eso sucedió, el sujeto volvió a Estados Unidos. Durante sus meses de separación, el hombre tuvo una aventura con una compañera de trabajo.
Después de estar casi un año lejos, Moussa llegó a Texas para visitar a su cuestionado marido. De acuerdo con el hermano de la víctima, fue a visitarlo para «darle una oportunidad de hacer una vida juntos».
No obstante, dicen los fiscales, en su reencuentro solo hubo discusiones y reclamos del hombre por haberle pedido el divorcio un día después de la boda. Según versiones de las autoridades, en una de las discusiones, Alkayyali le tapó la boca con la mano a la mujer hasta quedar sin aire. Moussa fue encontrada inconsciente en el apartamento y declarada muerta en un hospital local. La autopsia reveló que murió por asfixia.
La condena de 23 años se da dos años después del homicidio.