Al menos 34 personas han muerto y otras 136 han resultado heridas en los atentados de hoy en el aeropuerto de Zaventem, en Bruselas, y la estación de metro de Maalbeek, informaron el alcalde de la ciudad, Yvan Mayeur, y la ministra belga de Sanidad, Maggie De Block.
El atentado en la estación de metro, ubicada en el barrio donde se encuentran la mayor parte de las sedes de las instituciones europeas, ha causado al menos 20 muertos y 106 heridos, dijo Mayeur en rueda de prensa.
En los ataques del aeropuerto han fallecido al menos 14 personas y 30 han resultado heridas.
El fiscal del tribunal de primera instancia de Bruselas ha confirmado que las explosiones en el aeropuerto de Zaventem y en el metro se han debido a sendos atentados.
Medios belgas aseguran que las explosiones en el aeródromo ocurrieron sobre las 08.15 horas, momento en que se produjo una densa humareda que atravesaba los cristales rotos de la terminal, que era abandonada por los viajeros de forma precipitada.
Poco después, otra explosión sacudió la estación de metro de Maalbeek, una zona administrativa de la capital europea muy concurrida a esa hora.
Este último atentado provocó que toda la red de transporte público de la capital europa haya quedado bloqueada.
El primer ministro belga, Charles Michel, afirmó hoy que “este es un momento negro” para el país, tras confirmar que hay numerosos muertos y heridos, algunos graves, en los atentados de Bruselas.
“Hay numerosos muertos y heridos, algunos graves”, señaló en una rueda de prensa Michel, en la que no dio cifras concretas de víctimas pero pidió a la población que “en estos momentos más que nunca” mantenga “la calma”.
“Voy a pedir a todo el mundo que haga prueba de calma, pero también de solidaridad”, sostuvo, al tiempo que reconoció que se trata de “una prueba difícil” y deben “afrontarla unidos y con solidaridad”.
“Vamos a seguir la situación minuto a minuto”, aseguró.
El primer ministro explicó que se han tomado una serie de medidas de seguridad adicionales tras elevar al nivel máximo la alerta terrorista en todo el país, como el despliegue de efectivos militares, el refuerzo del control en las fronteras y restricciones para el transporte público.
Asimismo dijo que Bélgica está totalmente determinada a responder a esta situación de la manera más adecuada posible y que se ha puesto a disposición de la población un numero de urgencia, el 1771.
“Ahora la prioridad es tratar a las víctimas”, sostuvo.
“Lo primer es evaluar la situación en cuanto a identidad de personas, si son belgas o extranjeros, y contactar con las embajadas”, continuó.
El Palacio Real belga, en pleno corazón de Bruselas, ha sido evacuado tras las explosiones ocurridas hoy en el aeropuerto de Zaventem y en la estación de metro de Malbeek, a escasos metros de las instituciones europeas, informó la Casa Real.
“El rey y la reina están conmocionados por los atentados en el aeropuerto de Bruselas-Nacional y en el metro de Bruselas. Estos actos son odiosos y cobardes”, según indicó en la red social Twitter.
“Los pensamientos del rey y la reina están con las víctimas y sus familias y los servicios de socorro, que ponen todo en marcha para dar asistencia a las víctimas”, añadió la Casa Real.
Además las autoridades belgas detonaron de manera controlada un paquete sospechoso en el aeropuerto internacional de Bruselas, uno de los escenarios de los atentados.
Miembros del servicio de desminado del ejército llevaron a cabo la tarea, según confirmó el centro de crisis belga. Al parecer se trataba de un cinturón de explosivos.
Disparos y gritos en árabe
Dos explosiones casi simultáneas en el área de salidas del aeropuerto internacional de Bruselas se produjeron poco después de las 08H00.
El techo “se cayó, había un olor a pólvora”, contó a Jean Pierre Lebeau, un francés que acababa de llegar desde Ginebra.
“Un hombre gritó unas palabras en árabe y escuché una gran explosión”, dijo Alphonse Lyoura, que trabaja en la seguridad del equipaje de los vuelos hacia África.
“Era el pánico general. Me escondí y esperé cinco, seis minutos. Algunas personas vinieron a pedirme ayuda”, agregó, con las manos aún ensangrentadas.
“Ayudé al menos a siete heridos. Retiraron cinco cuerpos que ya no se movían”, continuó, explicando que “muchos perdieron las piernas”.
Una hora más tarde de producidas las explosiones, una periodista vio unos cientos de personas evacuadas en el aeropuerto.
En imágenes televisadas podían verse escenas de pánico, con cientos de pasajeros huyendo de la terminal de la que salían columnas de humo, y ventanas destruidas.