Humberto de la Calle, candidato al Senado por la coalición Alianza Verde – Centro Esperanza, señaló en RCN Radio que su eslogan de campaña será “un cambio en serio y sin caudillismos”.
Aseguró que lo que se busca es configurar una bancada razonable que básicamente “mantenga una democracia genuina que siga la línea”.
“Siento que la campaña va muy bien pero, finalmente, son los ciudadanos quienes deciden podría haberme merecido el retiro, pero se presentaron circunstancias de carácter político dentro de la coalición de la esperanza que me impulsaron a seguir”, dijo De la Calle.
Agregó que “a mí no me asustan las dificultades y estoy preparado para afrontar lo que se venga. Creo que en el Congreso hay un escenario muy importante porque, pase lo que pase en la elección, yo no voy a hacer como los políticos vociferantes de decir que vamos a ganar, puede que sí, pero puede que no. En ambos casos, si triunfa el candidato de la coalición esto tiene que ser articulado para que no haya dilación entre las promesas y mensajes presidenciales lo que se haga en el Congreso”.
Para De la Calle su misión más importante si llega al Senado es tramitar proyectos de ley que velen por la seguridad del ciudadano.
“El país no puede seguir como va, no da más. El Centro Democrático nos ofreció seguridad y no nos la ha dado: en el 2021 se robaron 800 celulares más que en el 2020, a la gente la están matando en los restaurantes. Mi papel en el Congreso va a ser el de reconstituir unas leyes de seguridad que recojan tantos retazos que hay y que logremos una seguridad humana”, señaló.
En cuanto al reciente atentado en Saravena frente a una fundación que albergaba a líderes sociales y defensores de los derechos humanos, aseguró que esto obedece a un problema de relaciones internacionales .
“Esto ha generado un drama en las poblaciones; la gente en ambos lados de la frontera está a su suerte, es un territorio que se salió del control de los Estados”, indicó.
Frente al reciente fallo de la Corte Constitucional que frenó de nuevo la aspersión área con glifosato, señaló que «yo aplaudo el fallo pero, obviamente, los cultivos ilícitos son un problema para Colombia y nadie está aplaudiendo eso. Yo tengo que reconocer incluso que durante las conversaciones en La Habana creció número de hectáreas y eso no es bueno, es una catástrofe”.
Insistió en que “la verdadera solución, como se pactó en La Habana, es la sustitución a base de las decisiones de las comunidades y que el presidente Iván Duque hubiera cambiado la restitución por el glifosato fue una decisión supremamente desacertada”.