El presidente Alberto Fernández aumentó los impuestos a las exportaciones de soya y granos, a través de un decreto publicado este sábado en el Boletín Oficial, una medida «urgente» para enfrentar la «grave situación» de las finanzas públicas de Argentina, según el texto.
Los impuestos a las ventas al exterior de los granos tendrán una tasa fija de 9 %. Para la soya, el mayor producto de exportación, se mantiene su base de 18 %, por lo que el gravamen total alcanza 27 %.
Hasta el viernes, los granos pagaban 4 pesos por dólar exportado desde septiembre de 2018, monto que quedó desactualizado por efecto de la fuerte depreciación de la moneda al 70 % desde enero de 2018.
Asimismo, el gobierno cerró los registros de exportaciones hasta el lunes para evitar que se inscriban con la alícuota anterior.
Se trata de una de las primeras medidas económicas desde que Fernández, un peronista de centroizquierda, asumió la Presidencia el martes pasado en un país sumido en una recesión desde hace más de un año, con alta inflación de 55 % anual y pobreza de casi 40 %.
Pese a la crisis, el campo es el único sector que ha crecido en el país con un alza de 46 % interanual en el segundo trimestre, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
«Teniendo en cuenta la grave situación por la que atraviesan las finanzas públicas, resulta necesaria la adopción de urgentes medidas de carácter fiscal que permitan atender, al menos parcialmente, las erogaciones presupuestarias con recursos genuinos«, explica el decreto.
En Argentina, considerada uno de los mayores productores de alimentos, las llamadas «retenciones» a las exportaciones agrícolas desataron en 2008 una fuerte disputa entre el poderoso sector y el gobierno de la entonces presidenta Cristina Fernández Kirchner (2007-2015), actual vicepresidenta y titular del Senado.
En ese entonces, los grandes productores rechazaron la intención de aumentar el gravamen por ley según el precio de la soya, y llevaron a cabo prolongados cortes de ruta con peligro de desabastecimiento. Tras ser derrotada en el Congreso, se aplicó un impuesto fijo de 35 % sobre los granos.
Una de las primeras medidas del presidente Mauricio Macri al asumir en diciembre de 2015 había sido anunciar la eliminación de los impuestos a las exportaciones de productos agrícolas, salvo en el caso de la soya, en el que comprometió una baja paulatina.
Pero en 2018, en el marco de la crisis financiera y cambiaria que llevó a Macri a recurrir al FMI para un crédito de 57.000 millones de dólares, el entonces mandatario volvió a aplicar un impuesto «temporario» de 4 pesos por dólar exportado para todos los granos, mientras que para la soya era del 18 %.