Luisiana sufría este jueves el fuerte azote del huracán Laura, que se debilita a medida que se adentra en el continente dejando al menos un muerto, destrucción e inundaciones, tras impactar en la madrugada con vientos de 240 km/h.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC) informó en su boletín de las 15H00 GMT que Laura se desplazaba dentro de Luisiana a 26 km/h con dirección norte, como huracán de categoría 1 con vientos sostenidos de 120 km/h con rachas más fuertes.
Pero Laura, que obligó a evacuar a centenares de miles de personas en Luisiana y Texas, estados del sur de Estados Unidos, sigue «amenazando la vida» con «catastróficas» crecidas, fuertes vientos y lluvias.
Videos publicados en Twitter por el «cazador de tormentas» Reed Timmer dan testimonio de la violencia de los vientos en el centro de Lake Charles, un pueblo de Luisiana conocido por sus refinerías de petróleo, principal recurso de la economía de la región.
Las imágenes mostraron calles inundadas, escombros volando por los aires y edificios sumergidos o parcialmente destruidos. En tanto, más de medio millón de abonados carecían de energía eléctrica en la mañana en Luisiana y Texas, indicó el sitio PowerOutage.us.
«La amenaza que impone Laura a Luisiana continúa. Quédense en casa, y sigan las instrucciones y advertencias de las autoridades locales», dijo en Twitter el gobernador del estado, John Bel Edwards, quien indicó que una niña murió debido a la caída de un árbol sobre su casa en la zona de Leesville.
Se espera que el meteoro, que tocó tierra en Cameron en la madrugada como potente huracán categoría 4, se degrade a tormenta tropical más tarde en la jornada.
Estragos
El NHC advirtió sobre el aumento de las aguas en su camino hacia el norte, rumbo a Arkansas, a donde debe llegar en la noche. Dijo que una marejada ciclónica «catastrófica» se producía en partes de Luisiana y agregó que sumadas a la marea alta, esa marejada -que se espera penetre unos 65 km tierra adentro- podría causar una crecida de las aguas de entre 4,5 m y 6 m por encima del nivel normal. «Pasarán varios días después del paso de la tormenta para que las aguas retrocedan», señaló.
Laura «sigue siendo un huracán mortal con devastadoras marejadas costeras, vientos destructivos e inundaciones repentinas», dijo la Casa Blanca en un comunicado, agregando que el presidente Donald Trump prometió desplegar todos los recursos necesarios para ayudar a los necesitados.
Más de 1,5 millones de personas estaban bajo órdenes de evacuación en Luisiana y Texas, uno de los estados de Estados Unidos más afectados por la pandemia de covid-19.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, instó a aquellos que pudieran pagarlo a refugiarse en hoteles y moteles «para aislarse» y evitar contagios.
Angela Jouett, que dirige las operación de evacuación en Lake Charles, Luisiana, dijo que se habían dispuesto nuevos protocolos debido a la pandemia.
En el pueblo texano de La Porte, cerca de Houston, donde había orden de evacuación voluntaria, la gente se abastecía de productos de primera necesidad. Más al este, en Port Arthur, cerca de la frontera con Luisiana, Jannette Zinos reunía a su familia para evacuar. «Realmente necesito irme. Tengo miedo de que la casa se nos caiga encima», afirmó.