Para la mayoría de los colombianos, es una gran alegría y motivación cuando se acerca la temporada de fin de año, pues sin duda será una gran oportunidad para visitar y compartir con sus seres queridos, visitar sus parientes y sus amigos, para revivir gratos recuerdos de la infancia.
Es un gran privilegio que tenemos en un país como el nuestro, uno de los más felices del mundo, la temporada donde millones de compatriotas emprenden viaje a lo largo y ancho de nuestra amada Colombia, llevando hasta la mascota del hogar, recorren las vías de manera tranquila en gran parte del territorio nacional, pero me refiero específicamente a Casanare, unos de los departamentos más jóvenes y prósperos, además de los más seguros, comparado con los otros.
Pues bien, durante sus largos recorridos seguramente encuentran u observan de paso a otros seres humanos desplegados sobre las vías, los mismos que con el dedo pulgar arriba le dicen que todo está y estará bien, que bienvenido a esta región llanera, que disfrute de su estadía y sus bellezas naturales, los mismos que bajo el sol o la lluvia, el calor, el frío o la oscuridad, siempre están ahí cumpliendo su deber con Colombia, ellos son, sí, ellos son los soldados del Ejército Nacional.
Seguramente algunos colombianos, por curiosidad se habrán preguntado, ¿cómo pasa la navidad y el año nuevo un soldado? Bueno los que les tocó de turno de trabajo esta temporada, porque otros pocos estarán en su ciclo vacacional, esta es la respuesta, cumpliendo con el deber y sacrificándolo todo, hasta su propia vida, para que otros puedan ser felices y disfrutar la época navideña.
Ellos estarán lejos de sus familias, pero más cerca de cada colombiano y mas cerca del verdadero honor que conlleva portar el uniforme del glorioso Ejército de Colombia, donde todos son llamados, pero solo son escogidos quienes realmente respiran por sus poros la milicia y la vocación de servicio, es que esa vocación mueve lo que no movería ninguna plata del mundo, es algo que va impregnado en el ADN de cada soldado.
Son hombres de carne y huesos, que pasarían su navidad o pasarán su año nuevo, en la selva o en la agreste llanura abierta, en medio de la naturaleza sí, pero también en medio del peligro y la adrenalina, tal vez realizando largos y extenuantes recorridos a pie o a caballo, cruzando ríos y esteros, mojados y cansados, prestando de centinela, descansando en el puro suelo, en medio de la nada, o bueno si, en medio de los zancudos, las garrapatas, los moscos, las serpientes y demás insectos y animales del trópico colombiano.
Son ellos los soldados del Ejército Nacional de Colombia, en Casanare representados por la Décima Sexta Brigada, quienes por sus acciones se han ganado el respeto, la admiración y la confianza de los llaneros.