El Bayern Múnich aplastó al Dinamo de Zagreb con una goleada por 9-2 para comenzar su andadura en Liga de Campeones de este curso en la que fue la gran noche del delantero inglés Harry Kane, autor de cuatro tantos, tres de ellos de penalti.
El cuadro entrenado por el belga Vincent Kompany, que debutaba en los banquillos de la máxima competición continental, encadenaba 40 partidos sin caer en la fase de grupos y en el estreno del nuevo formato de la competición no estropeó la racha.
Con el portugués Raphaël Guerreiro como principal novedad en el once, pletórico en todo el duelo, el cuadro bávaro no se anduvo con contemplaciones y lanzó una ofensiva total desde el pitido inicial.
Instalado desde el principio en campo contrario, con el bloque croata encerrado para resistir las acometidas bávaras, el Bayern impuso un dominio incontestable.
Con Musiala y Olise en todas partes, las combinaciones y las ocasiones arreciaban sin parar y solo era cuestión de tiempo descerrajar la puerta balcánica, aunque el primer tanto llegó de la manera más rocambolesca.
Un ataque que había finalizado en una triangulación entre Upamecano, Musiala y Gnabry, para que éste rematara al fondo de la portería, fue anulado por fuera de juego, pero el árbitro español Martínez Munuera, a instancias del VAR, intervino para decretar un penalti previo sobre Pavlovic cometido por el francés Pierre-Gabiel en la jugada anterior. Harry Kane no perdonó.
Con el gol, el hexacampeón europeo bajó las revoluciones al duelo. Se dedicó a combinar en la franja medular para agotar las baterías del armazón croata y de una larga posesión nació el segundo tanto. Un balón centrado desde la izquierda por Gnabry fue reorientado con el pecho de manera exquisita por Musiala, para que entrara Guerreiro y empalmara desde fuera del área una volea imperial que perforó la red.
El duelo discurría bajo los únicos y expresos deseos del Bayern y apenas cinco minutos después, otro esférico colgado desde la izquierda, esa vez por Kimmich, terminó en un testarazo a placer de Olise para poner el tercero.
La única mala noticia para el equipo alemán al descanso era la lesión del capitán, Manuel Neuer, por un choque en una salida a medio campo para disputar un balón y que obligó a que el meta suplente Sven Ulreich saltara al césped.
No pudo ser más desgraciada la primera acción en la que participó. Un centro lateral a los tres minutos de Pierre-Gabriel fue prolongado por Pjaca para que Petkovic, tan astuto el croata como inoperante Upamecano, fusilara a ras de suelo.
Y acto seguido, un pase de Misic a la espalda de toda la defensa del Bayern fue aprovechado por Ogiwara para definir solo delante del cancerbero, petrificado ante el desconcierto.
De estar muerto a renacer de manera milagrosa, dejando a conmocionados a los locales. Incluso pudo empatar el combinado croata instantes después, con un latigazo de Pjaza que obligó a Ulreich a tirar de reflejos.
Sin embargo, el Dinamo no materializó el empate y la respuesta del Bayern fue despiadada. Un disparo al borde del área, totalmente desmarcado de Kimmich, fue repelido por Nevistic, cuyo rechace fue cazado a puerta vacía por Kane.
Y unos momentos después, y otro tanto de Kane de rechace pero anulado por posición ilegal entre medias, un pase cruzado de Alphonso Davies fue prolongado por el ariete inglés, quién sabe si en control defectuoso, para que Olise quebrara al meta balcánico y firmara el quinto tanto local.
De nuevo con una ventaja de tres goles, el Bayern se ensañó con su débil oponente. Un saque de esquina fue peinado por el defensa Dier y el balón impactó en una mano de Misic. Otra vez VAR, otra vez penalti y otra vez gol de Kane. ‘Hat trick’.
Y no quedó ahí la cosa. Cinco minutos más tarde, el colegiado español señaló la tercera pena máxima del envite tras una entrada en el área sobre Alphonso Davies. De nuevo, tanto y póker del delantero británico ante el desquiciamiento total del Dinamo.
Leroy Sané, que debutaba esta temporada tras haber permanecido dos meses lesionado, y Goretzka, casi denostado desde el arranque del curso, pusieron la rúbrica a una noche como no conocía el Bayern desde el histórico 2-8 al Barcelona en los cuartos de final de Lisboa en 2020.
Con esta abrumadora contundencia, el conjunto germano inicia una singladura que tratará de terminar en el mismo Allianz Arena el próximo 31 de mayo, para intentar alzarse con el séptimo entorchado de su historia en la máxima competición continental.
Fuente: EFE – RCN Radio