La cápsula Crew Dragon de SpaceX con dos astronautas estadounidenses, lanzada este sábado desde Cabo Cañaveral, en la Florida, se acopló este domingo a la Estación Espacial Internacional.
El primer contacto y acoplamiento de la nave espacial al objetivo, ubicado a 400 km de la Tierra, ocurrió a las 9:16AM, hora colombiana, algunos minutos antes de lo previsto.
Se trata de un paso crucial en esta misión histórica, la más peligrosa y de alto nivel jamás confiada a una empresa privada por la NASA.
A bordo de la cápsula están los astronautas Bob Behnkhen y Doug Hurley, ambos veteranos del programa del transbordador espacial de la NASA, finalizado en 2011.
«Ha sido un verdadero honor ser una pequeña parte de este esfuerzo de nueve años desde la última vez que una nave espacial de Estados Unidos se ha acoplado a la Estación Espacial Internacional», añadió.
Lo que viene a continuación es la presurización del vestíbulo entre la cápsula y la Estación Espacial Internacional, y la escotilla se abrirá una hora después.
Esta es la primera misión desde el fin en 2011 de los vuelos de naves estadounidenses hacia la EEI, lo que dejó a los cohetes rusos Soyuz, más seguros y menos caros, la exclusividad de los vuelos tripulados
Durante nueve años, los viajeros a la EEI salieron todos del cosmódromo de Baikonur, tras haber seguido entrenamientos en Rusia y aprendido la lengua de Pushkin.
Con gran «fair play», la agencia espacial rusa Roskosmos felicitó a SpaceX por el exitoso despegue de su cohete.
«Quisiera saludar a nuestros colegas estadounidenses», declaró en un video publicado en la página Twitter de Roskosmos, el cosmonauta Serguéi Krikaliov, director ejecutivo de la agencia espacial rusa para los programas de vuelos tripulados. «El éxito de esta misión nos va a aportar nuevas oportunidades que beneficiarán a todo el programa internacional» de vuelos tripulados en el espacio, agregó.
Pero el golpe es duro. «Esos vuelos eran una inesperada oportunidad para Moscú de seguir su producción de Soyuz y preservar su peso en las negociaciones sobre la EEI» subraya Isabelle Sourbès-Verger, del Centro nacional de investigaciones científicas (CNRS) francés, y especialista en políticas espaciales.
Lo cierto es que Roskosmos aprovechó la situación de forma financiera al facturar a la NASA unos 80 millones de dolares cada plaza hacia la EEI.
Y ya que SpaceX demostró que puede transportar ahora a astronautas estadounidenses, «la pérdida anual podría superar los 200 millones de dólares, una suma importante para Roskosmos y su presupuesto de unos 2.000 millones de dólares» calcula Andrei Yonin, experto en la academia espacial Tsiolkovski de Moscú.