Horas de zozobra han vivido miles de habitantes de varias zonas del oeste de Caracas luego que la tarde del miércoles grupos armados delincuenciales iniciaran enfrentamientos con cuerpos de seguridad.
La ubicación principal de los delincuentes es la llamada Cota 905, una zona tomada por la delincuencia por años y que por su ubicación montañosa y conexión con otras localidades sirve de guarida y corredor de escape.
Desde las partes altas de esta zona, los delincuentes han accionado armas de gran calibre provocando una verdadera lluvia de balas que ha alcanzado a las comunidades aledañas y a la población civil. El saldo extraoficial es de ocho personas fallecidas, entre ellas dos policías y unas 15 heridas, todas por impactos de bala. Algunas solo caminaban por las calles o hacían compras cuando las alcanzaron las balas perdidas.
Esto, sin contar las pérdidas materiales en casas y edificios vecinos a causa de los tiros que cayeron en las estructuras y obligó a familias a mantenerse en el piso de las viviendas por horas y en su defecto escondidas.
La tarde del jueves autoridades venezolanas decidieron ordenar un despliegue mayor de funcionarios y vehículos blindados para intentar retomar el control de la zona en conflicto al tiempo que ofrecieron una recompensa de un millón quinientos mil dólares por la captura de tres de los cabecillas de las bandas.
La paz retornó por el momento a la zona luego del ingreso de un contingente de 800 funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana con unidades de Las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) y de Operaciones Tácticas Especiales, entre algunas de las divisiones.
A su entrada encontraron centenares de casquillos de balas de gran calibre, así como miles de municiones en cajas o en cubos, además de armas de gran calibre, rifles con miras telescópicas y hasta lanza misiles.
Los principales delincuentes señalados escaparon de la zona por lo que los operativos de búsqueda se mantendrán en las próximas horas.