Más de 80.000 jóvenes han participado en el Festival de la Juventud estos días.
Con asistencia de 80.000 peregrinos y, por primera vez, de un buen número de cardenales y obispos, se ha celebrado del 1 al 5 de agosto el XXX Festival de Jóvenes de Medjugorje. Cari Filii News ha entrevistado al respecto al reportero y escritor español que más ha estudiado y conocido el fenómeno de Medjugorje, Jesús García, quien explica el nuevo contexto otorgado por Roma a la parroquia de Medjugorje y su particular idiosincrasia.
-¿Qué ha pasado esta pasada semana en Medjugorje?
– Se ha celebrado el Encuentro de Jóvenes de Medjugorje, un evento que se viene celebrando desde 1989 ininterrumpidamente, y que congrega cada año a decenas de miles de peregrinos de todo el mundo.
-Por contextualizar, ¿qué es exactamente este encuentro de Jóvenes?
-Fundamentalmente un encuentro testimonial y de oración. Durante cinco días se suceden los testimonios de vida cristiana, generalmente relacionados con la espiritualidad de Medjugorje, y los actos litúrgicos y de oración. Tiene una historia muy bonita en sus inicios.
-¿Cuál es esa historia?
– Pues que en realidad el Festival de Jóvenes de Medjugorje fue una idea del padre Salvo Barbaric, un franciscano croata que se sacó esta actividad de la manga para hacer algo diferente con los jóvenes de la parroquia durante el largo verano. El primer año, en 1989, se reunieron unos 30 jóvenes de la parroquia con 4 frailes. Se reunían en un salón parroquial, por supuesto no en la explanada, como ahora, y cantaban alabanzas, oraban juntos, compartían testimonios de fe, celebraban los Sacramento y adoraban la Eucaristía. Se da la circunstancia que el padre Salvo Barbaric ya en 1989 estaba suspendido a divinis por el obispo de Mostar. Falleció en 2000 aún suspendido, en medio de un inmenso dolor por una situación tan injusta e inmerecida. Pero lo que hoy admira todo el mundo, es un fruto de su oración, de su entrega y de su vida. Él jamás pensó que un día vendrían a celebrar su Festival miles de jóvenes de todo el mundo, cardenales y obispos, como ha sucedido este año, pero la historia de nuestra Iglesia nos cuenta que así ha sido la vida de muchos santos.
-¿Es como una JMJ?
-Es diferente. Ambas experiencias son muy recomendables, por supuesto. Pero Medjugorje es una gracia especial, más allá del Festival de Jóvenes. Es inexplicable, aunque yo siempre digo lo mismo: lo que he vivido aquí, en Medjugorje, especialmente en el Festival de Jóvenes, no lo he visto ni vivido nunca en otro lugar: ni en Roma, ni en Tierra Santa, ni en una JMJ, ni en el Camino de Santiago… es algo parecido a lo que debieron vivir los coetáneos de Bernadette en Lourdes en los tiempos de las apariciones, o en Fátima con Lucia, Jacinta y Francisco. Es una experiencia mística compartida.
-Da la sensación de que Roma ha levantado el brazo respecto a Medjugorje. ¿Qué ha pasado para que la semana pasada hayan presidido las celebraciones cardenales, nuncios o el Presidente del Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización?
– Todo viene de que el Papa ha permitido las peregrinaciones oficiales, que no solo las privadas, de la Iglesia. Hasta hoy nadie tenía prohibido peregrinar a Medjugorje y participar de lo que allí se vive a título personal. Esto es importante aclararlo porque en demasiadas ocasiones se ha confundido al pueblo. Nunca jamás ha estado prohibido ir a Medjuogorje por nadie, ni creer en las apariciones que, no se puede negar, es el primer motivo que lleva a alguien a ir a Medjugorje. Lo que ha permitido el Papa es que cualquier realidad de la Iglesia, parroquias, movimientos, diócesis, congregaciones, colegios… organicen sus peregrinaciones, con su sello personal, con su nombre.
– Monseñor Enrik Hoser, el visitador apostólico del Papa en Medjugorje, dijo la semana pasada allí que “el Papa ha abierto las grandes puertas de Medjugorje”. ¿Qué significa esto?
-Leí las declaraciones del Monseñor Hoser y he de decir que discrepo en la forma, que no en el contenido. Entiendo lo que quiere decir, pero no es verdad que el Papa haya abierto las puertas de Medjugorje. El Papa, en todo caso, ha confirmado que están abiertas, y no las ha cerrado, que podía haberlo hecho. Pero las puertas de Medjugorje las han abierto, en primer lugar, Dios, que en su Divina Voluntad ha regalado a este mundo en este tiempo una gracia inimaginable para el hombre de hoy y su Iglesia.
En segundo lugar, la Virgen María, que con su presencia mística y real, no imaginada, ha obrado millones de milagros en millones de corazones durante estos 38 años ya, como sucedió antes en otros lugares como Fátima o Lourdes. Pequeños milagros inexplicables en el corazón de las personas que, sin verla a ella, sin participar de las apariciones como lo hacen los videntes, sí que han vivido la transformación interior de la conversión, el don del encuentro personal que todo lo cambia con Cristo y con su Iglesia.
En tercer lugar, las puertas de Medjugorje las abrieron los videntes, unos niños y adolescentes que se enfrentaron a un régimen comunista y a sus amenazas de muerte, de cárcel y a sus torturas físicas y psicológicas. En cuarto lugar, las puertas de Medjugorje las abrieron los franciscanos, empezando por el Padre Jozo Zovko, quien fuera el párroco de Medjugorje en el inicio de las apariciones, en 1981, quien sufrió cárcel y torturas físicas muy crueles por los eventos de Medjugorje, un mártir que no llegaron a matar, un confesor de la fe, al que, por cierto, mantienen alejado de Medjugorje. En quinto lugar, los millones, digo millones de peregrinos que desde 1981 han visitado Medjugorje respondiendo a una llamada, una inquietud interior absolutamente inexplicable y tantas veces incomprensible, que al volver a sus casas se han encontrado el rechazo y hasta la hostilidad de sus familias, amigos y parroquias o movimientos, manteniendo con mucho dolor lo que aprendieron en Medjugorje: la oración, los sacramentos, la Biblia, el ayuno… Y ahora ya, en sexto lugar y 38 años después, ha llegado la Curia.
Quiero dejar esto claro porque, aunque entiendo lo que quiere decir Monseñor Hoser, no es del todo correcto. El Papa podía haber cerrado las puertas de Medjugorje, pero esas puertas, es 2019, no es que ya estuvieran abiertas, es que Dios y su Amor, a través de millones de fieles sencillos, ya las habían echado abajo. Y esto es una muy buena noticia para la Iglesia, para los hombres.
– ¿Por qué crees que el Vaticano, con participación directa del Papa, mira con ahora con buenos ojos Medjugorje?
– Roma lo ha hecho perfectamente bien. Es un tema complejo, difícil. Por un lado, estaban los millones de testimonios de fe que hablaban de los buenos frutos de Medjugorje. Por otro, la oposición casi irracional del obispo de la Diócesis. En mi libro Medjugorje explico el origen del conflicto entre el clero diocesano y el clero franciscano en Bosnia y Herzegovina, un conflicto que tiene más de 100 años de historia y que no es por Medjugorje. Pero el clero diocesano usó Medjugorje como arma arrojadiza. Yo creo, en mi opinión, que el obispo de Mostar, Mons. Rato Peric, personalizó el conflicto. Se equivocó. Y ahí viene la jugada de Roma.
Para empezar, los estudios e investigaciones, obviamente, no han encontrado fisuras por las que declararar Medjugorje como algo malo. Por otro, se dieron cuenta de un detalle muy importante. El obispo de Mostar cumplía 75 años, edad de jubilación de los obispos, en febrero de 2019. Que no estén unidos este hecho de la jubilación del obispo con el hecho de que se permitan las peregrinaciones y de que vengan a Medjugorje el vicario del Papa para la Diócesis de Roma, el Nuncio Apostólico en Bosnia, el Cardenal Arzobispo de Sarajevo y el presidente del Pontifico Consejo para la Nueva Evangelización, no unir ambos hechos, como digo, sería de una ingenuidad cómica. En Roma han sido muy elegantes para dejar que monseñor Rato Peric se jubile y el Papa ha dejado claro con todos estos enviados que Medjugorje es incuestionable como realidad de la Iglesia, y, en mi opinión, no tardarán en declarar Santuario la parroquia de Medjugorje.
-¿Pero significa este permiso para las peregrinaciones y esta presencia de la Curia, que las apariciones son ciertas?
-Digamos que, oficialmente no, y además se insiste en ello, pero de nuevo, no seamos ingenuos. Y es importante dejar clara otra cosa aquí: ninguno de los millones de peregrinos que desde 1981 han ido a Medjugorje lo han hecho por el Festival de Jóvenes, o por vivir una experiencia divertida, o por hacer amigos. Sí, todo eso lo han encontrado después, pero lo que ha movido a tantísima gente los últimos 38 años han sido las apariciones de la Virgen María.
-Medjugorje ha sido un evento muy cuestionado los últimos años. ¿Cómo ha vivido usted y los peregrinos este juicio casi diario?
– Medjugorje y sus peregrinos, fieles y hombres de bien, de Iglesia, han sido atacados, insultados y difamados. Yo mismo he llegado a recibir llamadas de sacerdotes haciendo un abuso de su autoridad sobre mi trabajo sobre Medjugorje. No pasa nada, porque uno tiene la conciencia tranquila y está bien dirigido y acompañado espiritualmente, pero he visto cosas feas, muy feas y desagradables. Ten en cuenta que ha habido diócesis que han emitido prohibiciones sobre actividades relacionadas que Roma permitía. Una barbaridad.
-Usted es uno de los máximos divulgadores de los eventos de Medjugorje en España, de los que más lo ha estudiado y conocido. ¿Qué piensa ahora que parece que Roma confirma que, al menos, no hacían mal a nadie contando lo que allí pasaba?
– “Medjugorje no se conoce leyendo libros ni discutiendo sobre si es mentira o verdad; Medjugorje se conoce rezado de rodillas”. Me lo dijo fray Ljubo Kurtovic, en 2007, un fraile de la parroquia que hoy da clases de Teología en Zagreb. Y es verdad. Cualquier persona que reza el Rosario, que lee la Biblia a diario y la medita, que procura ir a Misa más allá de los domingos, que ayuna y se sacrifica… ese es el que sabe y conoce sobre Medjugorje, incluso aunque no haya venido. Yo solo soy una persona que tuvo la inmensa suerte, el inmenso regalo, de que me enviaron aquí a trabajar. No había otro más inútil en la empresa en la que trabajaba, al que encargar venir aquí y hacer cuatro fotos. Por eso, mi alegría no viene de lo que diga o no nadie, sino de la inmensa experiencia del amor de Dios y de su Misericordia, de su Providencia, que he vivido aquí y aún vivo en mi casa y con mi familia. Por eso, recomiendo a todo el mundo a dejar de hacerse preguntas sobre Medjugorje y darle esa oportunidad a la Virgen María de enseñarles a ver las cosas de la vida con su mirada de aquí, de Medjugorje. Que no teman, ella les sorprenderá.
-¿Cuál será el siguiente paso de Roma sobre Medjugorje?
– Como he dicho, declarar santuario la parroquia. Supongo que, como en Fátima, se construirá un templo mayor. Es obvio que la parroquia de Santiago se ha quedado muy pequeña. Después, para evitar el problema que ha sucedido por el conflicto de la Iglesia en Bosnia, sacarán Medjugorje de la jurisdicción de la diócesis de Mostar, y crearán un vicariato o alguna figura así, algo parecido a lo que sucede en Asís.
– ¿Y el reconocimiento de las apariciones?
– Bueno, el Papa ya dijo que la Comisión de Investigación sobre Medjugorje daba por verdaderas las apariciones de los primeros 8 días, por lo que oficiosamente ya se puede decir que en Medjugorje se apareció la Virgen. Pero una confirmación oficial yo espero y deseo que no lo lleguemos a ver en vida ninguno de nosotros. A mí me gustaría que Medjugorje se mantenga lo más sencillo posible, lo más cercano a lo que hemos conocido esto cuando no era casi nada para nadie… Yo solo espero, de verdad, que no toquen demasiado, que no intenten ahora inventar nada, porque Medjugorje funciona. Es un lugar de oración, de conversión, de paz, de vivencia muy sencilla y al mismo tiempo profunda de los sacramentos y del encuentro personal con Dios. Yo solo pido a la curia que venga con humildad a aprender, y no a enseñar. Los franciscanos han sido auténticos maestros de cómo vivir esta espiritualidad.
Los videntes han sido lo suficientemente obedientes como para decir solo lo que la Virgen les decía que dijeran, ni una coma más ni una menos. Medjugorje no necesita mucho más. En realidad no necesita nada más. No lo ha necesitado nunca, pues que, en la medida de lo posible, lo dejen como está.
Fuente: Rosas para la Gospa