Se conocieron cerca de 15 horas de grabaciones en la que los mercenarios colombianos implicados en el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, aceptan su responsabilidad en dicho magnicidio perpetrado en pasado 7 de julio en Puerto Príncipe.
Las declaraciones reveladas por Noticias Caracol fueron entregadas a varias agencias investigativas de los Estados Unidos, entre ellas el FBI.
Según los audios, el asesinato de Moïse fue producto de una conspiración que implica a varios políticos, altos funcionarios y jueces de ese país. Los Colombianos habrían sido reclutados por la empresa CTU dirigida por Arcángel Pretel, también conocido con el alias de Gabriel. Esta empresa a su vez habría sido contratada por Joseph Badio, exfuncionario del Ministerio de Justicia de Haití.
«Todo el sistema de jueces y Tribunal Supremo de Justicia estaba en contra de Jovenel, todo ese poder. No había Congreso, el poder legislativo no estaba. Estaba el poder ejecutivo y había el poder judicial y todo el poder judicial estaba con ellos, y no con Jovenel» , aseguró el capitán (r) Germán Rivera quién lideró el operativo por parte de los colombianos.
Los mercenarios manifestaron que el plan inicial era capturar al presidente y ejecutar un golpe de estado.
“ Gabriel (Arcángel Pretel) me dice a mí que vamos a apoyar a las autoridades haitianas con la captura. La orden estaba firmada por una juez, que iba a ir un fiscal que nunca llegó y la policía de Haití”, agregó Rivera.
Los testimonios dan cuenta de que el médico y pastor religioso Emannuel Sanon sería quién asumiría el poder, sin embargo desistió de sus aspiraciones al sentir que no tenía el apoyo político suficiente para asumir la presidencia, en su remplazo sería posesionada Windelle Coq, una exjueza destituida por el mismo Moïse el pasado febrero.
Posteriormente Sanon fue detenido y acusado de estar implicado en el magnicidio, pero este cambio de planes también generó que la misión de los mercenarios pasara de una captura a un asesinato. Según los exmilitares, Joseph Badio se comunicó con Rivera y le dio la orden de asesinar a Moïse.
«Dijo que tenía, que había que matar a todos (…) los policías, la seguridad del presidente, todo el que se encuentre adentro de la casa había que matarlo», contó el capitán retirado a quién también conocían con el alias de Mike.
Esta versión fue confirmada por el subteniente (r) Jheyner Carmona Flórez.
«Mike sí dijo que tocaba entrar y matar a todo el mundo, tocaba matar a todos los policías, si había mascota matar la mascota, que no podía haber ningún testigo. Nos vendieron la idea de que era orden de captura, sí, pero Mike nos dijo que tocaba sí pelar al presidente».
Las autoridades haitianas encontraron una orden de captura ilegal en poder de los exmilitares colombianos con la que supuestamente pretendían justificar la operación.
También se conoció el apellido del soldado que habría disparado contra el presidente y su esposa «Dicen que fue Pineda (…) Le escucharon a él mismo. (…) Está preocupadísimo, ese muchacho no tiene paz«, dijo el soldado (r) Naiser Franco. Además el subteniente (r) Jheyner Carmona también señalo a Pineda como el responsable de disparar.
Los colombianos confesaron que luego del asesinato se llevaron varios millones de dólares de la casa del presidente, documentos confidenciales y el sistema de grabación de las cámaras de seguridad. Se suponía que recibirían apoyo y aseguran que además les prometieron ser recibidos en el palacio presidencial, pero al salir se vieron traicionados por Badio, quién ya no estaba en el lugar.
En medio de la fuga se refugiaron por varias horas en un edificio dónde fueron atacados con armas de fuego y granadas por parte de las autoridades haitianas y donde perdieron la vida el sargento (r) Javier Romero, el sargento (r) Duberney Capador(quien reclutó a la mayoría de mercenarios) y el soldado (r) Miguel Garzón.
Posteriormente los colombianos ingresaron a la embajada de Taiwán dónde pasaron la noche y posteriormente fueron capturados.
Las versiones apuntan al mismo ex primer ministro, Claude Joseph como responsable y determinador del magnicidio, versión que ha sido negada por parte de la policía de Haití.