Una encuesta realizada por el Observatorio Pulso del Consumidor de SINNETIC, con el apoyo de la Universidad del Rosario y El Tiempo, revela que, durante el segundo trimestre del año, la mayoría de los participantes no confían en las cifras oficiales de infectados y fallecidos, al tiempo que perciben difíciles de adoptar ciertas medidas para evitar el contagio por el Covid-19.
La firma consultora entrevistó mensualmente, en el segundo trimestre del año, cerca de 680 personas de las principales ciudades del país, de las cuales el 62% manifestó no confiar en las cifras de evolución de la pandemia, mientras que el 19% indicó que sí creer en las mismas.
«Los argumentos para justificar la baja confianza en las cifras oficiales se pueden dividir en dos grupos: Aquellos de corte político (68%) y los relacionados con la eficiencia del proceso y del sistema de salud en general (38%)«, reveló Gabriel Contreras CEO de SINNETIC.
Y explicó que, «desde el punto de vista político, quienes desconfían de las cifras tienden a pensar que están infladas y los principales argumentos son: El 64% de los encuestados considera que los datos están inflados por el afán de algunos por robar plata; el 55% piensa que quieren sembrar miedo en las personas y el 42% indica que quienes inflan las cifras están haciendo campaña política».
Entre tanto, desde la perspectiva de salud, «quienes desconfían de las cifras piensan que están deflactadas fundamentalmente porque consideran que: los datos corresponden a días anteriores, las pruebas tienen problemas y están mal hechas, y la calidad de las pruebas es poco confiable, entre otros argumentos».
Al respecto, Carlos Trillos, epidemiólogo y profesor de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud, aseguró «que es importante resaltar que las autoridades sanitarias nacionales y locales han hecho un gran esfuerzo por publicar oportunamente cifras epidemiológicas confiables y completas de seguimiento de la pandemia, con calidad».
Advierte el epidemiólogo que los datos informados muestran que la dinámica de trasmisión del virus es creciente y, por eso, es importante la prevención.
“Agosto será un mes crítico y fundamental, ya que según proyecciones epidemiológicas nacionales e internacionales como las del IHME (Institute for Health Metrics and Evaluation), la curva de nuevos casos y fallecimientos se puede modificar de una manera importante, si se siguen todas las medidas preventivas, como el buen uso de tapabocas y el distanciamiento social entre otras, de lo contrario veremos un crecimiento complicado los siguiente meses”.
La encuesta también reveló que a esta baja credibilidad, frente las cifras oficiales, se une a la dificultad percibida para adoptar medidas que prevengan el contagio como comer en la calle, saludar de beso o estrechar la mano, viajar, ir con menor frecuencia a la tienda o supermercado.
“Esto puede deberse a un fenómeno conocido como fatiga de precaución, que se da con confinamientos estrictos por periodos prolongados de tiempo, por lo que es necesario hacer campañas de refuerzo para que la prevención no se descuide”, explicó el epidemiólogo.