Un juzgado de Brasilia condenó a 20 años y 6 meses de prisión por violación de menor a un líder evangélico brasileño acusado de haber abusado en al menos tres oportunidades de una niña de 13 años que acudía al templo en el que predicaba y a la que le ofreció una «cura gay».
La pena tuvo en cuenta como agravantes la autoridad que el «obispo» evangélico ejercía sobre la víctima como su consejero espiritual y el reconocimiento de que el crimen fue recurrente, según un comunicado divulgado este miércoles por el Ministerio Público del Distrito Federal.
La pena fue impuesta por el titular del Juzgado Penal de Recanto das Emas, uno de los municipios del Distrito Federal de Brasilia, la capital de Brasil, y en el que está ubicado el templo en el que el obispo ejercía como líder religioso.
El condenado, el obispo evangélico Joao Batista dos Santos, está preso preventivamente desde el 19 de febrero de este año por el crimen por el que era juzgado.
El religioso ya había sido condenado en otros dos procesos por violación sexual mediante fraude -y absuelto en otros dos- pero estaba en libertad condicional tras haber presentado recursos contra las sentencias.
Según el Ministerio Público, Dos Santos conoció a la víctima en 2017, cuando la menor acudió a su templo para pedirle orientación espiritual ya que tenía dudas sobre su orientación sexual.
El condenado llegó a decirle a la menor que la amaba y que quería casarse con ella, pero cuando la adolescente se identificó como lesbiana él la convenció para que le dejara pasar un aceite en el cuerpo que funcionaría como «cura gay».
El religioso aprovechaba las supuestas sesiones de tratamiento para tocar a la joven desnuda, incluso en las partes íntimas.
De acuerdo con el Ministerio Público, en otra de las sentencias en las que el religioso fue condenado se describe el mismo método de acción criminal.
«Es evidente que el modus operandi utilizado no es inédito, es decir que hay un patrón de ataque, ya que, después de ganar la confianza de las víctimas, éstas eran convencidas de que podían curarse con el aceite que les pasaba por el cuerpo», de acuerdo con la denuncia del organismo.
Luego de al menos tres abusos, la menor comenzó a sufrir crisis de ansiedad y decidió contarle lo ocurrido a sus familiares.
La Fiscalía abrió una investigación dos años después de los hechos denunciados y, en febrero pasado, solicitó la detención preventiva del líder religioso tras constatar que tenía dos condenas anteriores por el mismo delito.
En 2013 fue condenado por la violación de una niña de 12 años en el vecino estado de Goiás y en 2016 por el mismo delito cuando lideraba un templo evangélico en Gama, uno de las llamadas «ciudades satélite» de Brasilia.
En los dos procesos en que fue absuelto, el obispo admitió que tuvo relaciones sexuales con jóvenes de su iglesia pero que fueron consensuales.
«La conducta del reo le provocó a la víctima problemas de salud consistentes en crisis de ansiedad y de pánico, así como episodios de desmayos, y la obligó a buscar atención psicológica, aspectos que sugieren agravantes que extrapolan la vulnerabilidad de los acto libidinosos a los que fue sometida», concluye la sentencia.