Una mujer laica y un sacerdote católico, llevados a juicio por supuestamente violar una ley que prohíbe la oración en las inmediaciones de las clínicas de aborto, fueron absueltos de todos los cargos por una corte de Inglaterra.
Este 16 de febrero, el Tribunal de Magistrados de Birmingham, ubicado al noroeste de Londres, absolvió al P. Sean Gough y a Isabel Vaughan-Spruce, una voluntaria que ha apoyado a mujeres embarazadas en crisis durante más de 20 años.
El abogado de ambos, Jeremiah Igunnubole, integrante del grupo de defensa legal cristiano ADF UK, declaró el jueves que “el caso judicial de hoy tiene una gran importancia cultural”.
“Esto no es 1984, sino 2023: nadie debe ser criminalizado por sus pensamientos, por sus oraciones, por expresarse de forma pacífica en la vía pública”, aseguró a la prensa.
Al P. Sean Gough, del clero de la Arquidiócesis de Birmingham, y a Vaughan-Spruce, codirectora de March for Life UK, los acusaron de violar la “Orden de Protección de Espacios Públicos” local.
Según esta norma, cerca de un centro de abortos está prohibido “protestar, es decir, participar en un acto de aprobación/desaprobación o intento de acto de aprobación/desaprobación, con respecto a cuestiones relacionadas con los servicios de aborto, por cualquier medio”.
“Esto incluye, pero no se limita, a medios gráficos, verbales o escritos, oración o consejería”.
En el caso de Vaughan-Spruce, fue acusada de “protestar y participar en un acto que intimida a los usuarios del servicio”, a pesar de que el centro de aborto estaba cerrado durante el tiempo que ella estuvo allí y a pesar de que no realizó ningún tipo de protesta.
La líder provida dijo a los medios que si bien siente alegría por el resultado, considera que nunca debió ser arrestada por sus pensamientos o ser tratada como una criminal “por orar en silencio en la vía pública”.
“Mantengámonos firmes contra esto y busquemos garantizar que estas libertades fundamentales estén protegidas y que todas nuestras leyes lo reflejen”, aseguró.
En el caso del P. Sean Gough, presentaron cargos en su contra por “intimidar a los usuarios del servicio” al rezar dentro de una zona de censura (buffer zone), en Birmingham.
También lo acusaron por sostener un cartel que decía “orando por la libertad de expresión” y por una calcomanía provida en su automóvil, estacionado cerca del área.
El P. Gough declaró que le complace haber “limpiado su nombre” y que mantendría su postura de que las “vidas no nacidas sí importan”.
“Sean cuales sean sus puntos de vista sobre el aborto, todos podemos estar de acuerdo en que un país democrático no puede estar en el negocio de enjuiciar los delitos de pensamiento”, expresó.
En las próximas semanas, la Cámara de los Comunes del Parlamento Británico debatirá la implementación de zonas de censura en todo el país.
La cláusula 9 del proyecto de ley de “Orden Público” criminalizaría cualquier forma de “influencia” fuera de las instalaciones de aborto, lo que incluiría la oración, con una posible sentencia de prisión de hasta dos años.
“Hago un llamado al gobierno para que analice el trabajo positivo que realizan los grupos provida para apoyar a mujeres vulnerables, antes de censurar las calles del Reino Unido y permitir que las buenas personas sean criminalizadas por actos de amor”, sostuvo el P. Gough.
Por su parte, el abogado Igunnubole recordó que “la libertad de pensamiento, oración, ofertas de ayuda y conversación pacífica no son ilegales en el Reino Unido”.
“Hacemos un llamado al Parlamento para que rechace la creación de más zonas de censura a través de una legislación de orden público vagamente redactada”, subrayó.
Por: Diego López Marina – ACI Prensa