El agua comenzó a principios de la semana a cotizar en el mercado de futuros de materias primas debido a la escasez de este bien, cuyo precio fluctuará ahora como lo hacen el petróleo, el oro o el trigo.
El índice Nasdaq Veles California Water Index, con el «ticker» NQH2O, se basa en un indicador de precios de los futuros del agua en California que al inicio de la semana cotizaba a unos 486,53 dólares por acre-pie, una medida de volumen utilizada normalmente en Estados Unidos equivalente a 1.233 metros cúbicos.
Gonzalo Delacámara, experto en gestión económica de recursos naturales del Instituto IMDEA Agua, un centro de investigación del agua en Madrid, España, explicó en RCN Radio que el índice ya estaba disponible desde el 31 octubre de 2018 y que el 7 de diciembre de este año se dio apertura a un periodo de transacciones.
«Ya teníamos un índice de precios que permitía reflejar los arrendamientos de derechos de uso del agua o de las transacciones de las compraventas permanentes en las cinco regiones más importantes en el estado de California», dijo este experto.
Pero además aclara que en realidad «lo que cotiza en bolsa no es el agua sino los derechos de uso y aprovechamiento de agua, lo que se llama contratos de futuros».
Delacámara indicó que la existencia de este índice «tiene que ver con que se está produciendo cierta sofisticación que responde a la emergencia climática, y a la evidencia empírica que tenemos en la comunidad científica internacional de que la escasez hídrica y estrés hídrico va a ser más intenso en determinadas zonas del planeta».
El experto cita datos que alertaban que «casi la mitad de la población mundial en el año 2040 estaría sometida a altos niveles de estrés hídrico, es decir, la brecha entre nuestra disponibilidad del recurso a largo plazo y las demandas presentes y futuras».
Y si bien hay zonas en el mundo con importantes reservas hídricas, esto no ha significado acceso equitativo universal al recurso como servicio. Para eso, dice Gonzalo Delacámara, «son necesarias inversiones, buenos principios de gobernanza, buenos principios de regulación pública».
A propósito de la regulación pública, este es un factor importante para determinar si la llegada del agua al mercado de materias primas permitirá realmente una mejor gestión del riesgo futuro vinculado a este bien.
«Es imprescindible entender el papel de los reguladores públicos porque son quienes nos ayudan a conciliar intereses individuales y privados con objetivos sociales, que hemos definido a nivel colectivo», y esto es algo que podría verse ya aplicado a otros commodities que también están en bolsa como soya, trigo, avena, algodón, café, azúcar, cacao, petróleo, plata, oro, entre otros.
Y la clave está en que «si el mercado funciona bien y está bien regulado, debería servir como un instrumento de gestión del riesgo que nos permita aumentar la eficiencia del uso el agua y al mismo tiempo avanzar hacia un futuro de mayor seguridad hídrica a largo plazo en un contexto de adaptación al cambio climático», señaló en RCN Radio Gonzalo Delacámara.
¿Riesgo de privatización?
Delacámara aclaró que «en toda la legislación internacional el agua, los recursos hídricos, son un bien de dominio público, es decir, la tutela sobre estos bienes corresponde al Estado. Lo que se reconoce en determinadas circunstancias y legislaciones son derechos privados de uso y aprovechamiento del recurso, que no es lo mismo».
El experto dijo que se necesita que «los instrumentos financieros y herramientos de mercado estén siempre bajo la tutela, el control y la supervisión de las regulación pública, porque esto es lo único que va a garantizar el interés general. Si los dejamos funcionar sin ningún tipo de control público entonces tenemos problemas».
El índice permitirá no tener que recurrir a una estimación «a ojo» del precio futuro del agua, sino a cuáles son las expectativas de los principales actores de este mercado.
China y Estados Unidos son los principales consumidores del mundo de agua y según Naciones Unidas 2.000 millones de personas viven en países con graves problemas de acceso al agua, mientras que en los próximos años dos tercios del planeta podrían experimentar escasez de agua y millones de personas verse desplazadas.
La explotación excesiva de este recursos por el sector primario, la industria y el consumo humano, así como el cambio climático, han llevado a que este recurso sea cada vez más escaso.