Todo comenzó a tornarse misterioso desde el pasado sábado, cuando Daniela Quiñones, estudiante de octavo semestre de Administración de Negocios -de la universidad EAFIT de Medellín- desapareció después de irse para una fiesta. Posteriormente, su cuerpo fue hallado sin vida en el sector conocido con el nombre de Hacienda Túnes, en jurisdicción del departamento antioqueño.
El día de la muerte, la joven fue invitada por un amigo a una fiesta en el sector Jiménez. Ella no le vio ningún problema y decidió ir. Sin embargo, un sujeto se les unió en el camino, un amigo de la persona que la invitó a la fiesta, un desconocido para la estudiante universitaria.
Horas después, el alcohol, la rumba y el misterio de la noche se convirtieron en los elementos del desastre. Al amanecer del día siguiente, cansada de la parranda, Daniela decidió que era momento de irse para su casa. Entonces el desconocido que se les había unido en la celebración ofreció llevarla en su motocicleta.
Desde ese momento, de acuerdo a versiones recogidas por La Patria, la joven desapareció.
Las horas
Una vez pasó el tiempo y la incertidumbre por la desaparición de Daniela crecía, su familia reportó a las autoridades todos los detalles sobre su salida la noche anterior. Fue hasta el lunes que el CTI y Sijín pudieron determinar que la joven fue golpeada, asfixiada, despojada de sus prendas y luego arrojada al río Cauca.
Aunque no se ha podido determinar la veracidad del testimonio, una amiga de Daniela le dijo a las autoridades que el hombre que se ofreció a llevarla en motocicleta a su casa, también fue visto con heridas en el rostro, como si hubiera sido rasguñado en medio de un forcejeo.
Ahora mismo un fiscal que se apersonó del caso, tiene como principal sospechoso a este individuo desconocido de 33 años, que podría ser culpado de homicidio agravado por este aterrador feminicidio.
Fuente: Sistema Integrado Digital