Para varios sectores de la sociedad colombiana ha llamado la atención el anuncio o interés de participar en la política, es decir, de ser elegidos en las próximas elecciones para el Congreso de la República de 2022, que han revelado algunos de sus creadores favoritos de contenido digital, como ‘youtubers’ o ‘influenciadores’.
En Colombia, influenciadores como Susana Boreal, Movimiento Naranja y Físico Impuro son algunos ejemplos de ese interés.
Sin embargo, hay quienes consideran y critican que esto podría ser poco práctico y viable para el Congreso a la hora de legislar por la “falta de experiencia” y por la “falta de conocimiento”.
Carlos Arias, consultor en comunicación política y persuasión y docente de la Universidad Externado de Colombia, considera que la sociedad ha venido transformándose, lo que significaría que un ‘youtuber’ o un ‘influenciador’, que habla de moda o de maquillaje esté cualificado o no para la política, «quienes podrían determinar de alguna manera sus cualidades son los electores».
“En esa medida no es un tema de juzgar si son youtubers, influenciadores, panaderos, albañiles deportistas o actores. Es el electorado, es la sociedad la que debe determinar quiénes son sus representantes”, dijo Arias.
Añadió que «en ese sentido, si hay un grupo poblacional etario que determina que su representante debe ser un youtuber o influenciador, hay que darle la posibilidad a que ese conglomerado de personas tengan como representante a un persona que se dedica a ese tipo de dinámicas».
En ese contexto, manifiesta que es de «dinosaurios» justificar que una persona que se dedica a ser influenciador no necesariamente está menos cualificado que una persona que estudió hasta quinto de primaria o incluso a alguien con un doctorado, pues las formas de relacionarse y emplearse en la sociedad actual han cambiado.
Esto, dice, hace muchas veces que “quienes hoy tienen doctorados y que cuando llegan a cargos públicos no dan ‘pie con bola’ porque simplemente tienen una formación académica pero no tienen la transparencia, honestidad y el poder de representar a un grupo poblacional”.
Ahora, cuando se piensa o habla de la renovación del Congreso con la llegada de este sector de la sociedad, Arias señala que “no es bueno para el Congreso pero sí para la democracia”. Es decir, tener la posibilidad de elegir a las personas que tengan otro tipo de cualificaciones y de sensibilidades y que representan a las nuevas ciudadanías.
“No podemos empezar a legislar de una manera dinosáurica diciéndole a las personas quién es bueno para ser votado y quién no, eso nos regresaría al siglo XIX”, señaló.
Otro de los factores para tener en cuenta son los prejuicios. “Colombia hoy está marcada y tiene la letra escarlata de polarización y por llenar de prejuicios, entonces yo considero que la persona que es de izquierda o derecha en su caso, no es conveniente, me lleno de prejuicios, y en esa medida no puedo discutir o dialogar ni llegar a consensos”.
“Eso es lo que estaría viendo algunos sectores con el anuncio de esos influenciadores. Entonces se llenan de prejuicios contra nuevas realidades, contra personas que hoy tienen unas nuevas formas de ganar dinero y de relacionarse”.
Igualmente, Arias señala que los prejuicios están asociados a miedos internos que se presentan dentro de la sociedad, lo que podría por ejemplo ocasionar las críticas a este sector de la sociedad interesado en la política.
“Todo lo que está relacionado a que yo genere un sesgo o un bloqueo alrededor de una nueva realidad básicamente es una representación del miedo al cambio, del miedo a lo nuevo, del miedo a lo desconocido”.
Francisco Rojas, miembro del Movimiento Naranja, una página de sátira y humor político contra políticos, anunció que pasará del activismo político en redes sociales como Twitter al Senado de la república.
Para Rojas, participar en política no es algo nuevo, pues siempre se ha participado en la política, pues todas las acciones humanas se marcan en un contexto político “lo que cambia ahora es el tipo de política, es decir una política representativa de elección popular”, manifestó.
“El hecho de ser youtuber no exime que se esté preparado o capacitado, porque para subir un video en redes se necesita de un conocimiento práctico. Allí desde el bachillerato hasta un doctorado tiene relevancia, también lo que hay es un tema ético que es lo que mide las acciones de cada congresista”.
Finalmente, considera que la renovación del Congreso no depende de ver nuevas caras en las curules, “se renueva con las ideas y en la acción política y transformadora para el país”.