El presidente venezolano, Nicolás Maduro, conmemoró los «10 años de batalla» y «victoria» que ha dado el gobierno que lidera desde la muerte de su antecesor y padre político, Hugo Chávez.
«El imperialismo nos subestimó, la oligarquía interna nos subestimó, subestimaron al pueblo, subestimaron el liderazgo de la revolución, me subestimaron a mi como ser humano, como líder, como jefe político», expresó el mandatario en un acto con trabajadores transmitido por la televisión estatal.
«Y 10 años después les podemos decir que aquí estamos enteros, de pie y victoriosos, y listos para seguir la batalla en lo que resta de siglo XXI».
Como vicepresidente, Maduro asumió el poder tres días después del anuncio de la muerte de Chávez, el 5 de marzo de 2013 producto de un cáncer. Luego, ungido por el líder socialista, fue elegido el 14 de abril de ese año.
«¡Diez años de batalla, 10 años de lealtad y 10 años de victoria!», celebró el presidente, que aspira a conseguir la reelección en 2024 para un nuevo período de seis años.
La década Maduro ha estado marcada por una severa y profunda crisis económica, con siete años de recesión y cuatro de hiperinflación, que desató una profunda escasez y acabó con el poder adquisitivo de los venezolanos, obligando a flexibilizar controles y permitir una dolarización informal que dio paso a una tímida recuperación.
Asimismo, al conseguir la reelección en 2018 en unas cuestionadas elecciones, Maduro recibió un fuerte rechazo internacional y fue acribillado con sanciones internacionales lideradas por Estados Unidos, que incluso impuso un embargo al crudo venezolano.
El gobierno tiene además una investigación abierta en la Corte Penal Internacional (CPI) por supuestos crímenes de lesa humanidad, tras la represión de multitudinarias protestas en 2017 que dejaron un centenar de muertos.
En 2024 enfrentará además a una fracturada oposición, que intentó impulsar sin éxito un gobierno paralelo con apoyo de Washington y ahora busca escoger un candidato único en primarias.