Como salvaje calificó el director de la Policía Nacional, general Henry Armando Sanabria, la manera como un grupo de campesinos e indígenas asesinaron al subintendente Ricardo Arley Monroy Prieto, en el sector de Los Pozos en San Vicente del Caguán, en el Caquetá.
El oficial manifestó que la labor del subintendente en ese hecho era la de proteger a personas atemorizadas por la arremetía de «una jauría que privilegió el caos sobre el diálogo».
El suboficial asesinado tenía 39 años de edad y fue apuñalado con un arma blanca por uno de los campesinos, mientras realizaba labores de contención en instalaciones petroleras de la empresa Emerald Energy.
Monroy Prieto vivía en Neiva, era casado y tenía dos hijos, entre ellos una bebé de dos meses de edad.
El situación de orden público en la región es muy delicada debido a que también se habla de un campesino muerto y varios heridos.
La unidad de diálogo y mantenimiento del orden, antes conocido como Esmad, trataron de controlar la situación, sin embargo, parte del campo petrolero fue ocupado por los manifestantes de la zona que reclaman a la petrolera Emerald Energy.
Las autoridades tratan de establecer cómo supuestos campesinos e indígenas quiénes secuestraron y asesinaron al uniformado tenían en su poder bombas molotov que fueron lanzadas contra las instalaciones de la empresa.
Las mismas autoridades indagan si las protestas de la Guardia Indígena se estarían dando bajo órdenes de la estructura Jorge Briceño Suárez de las disidencias de las Farc, que han delinquido por años en esa región del país.
A través de un Puesto de Mando Unificado, los ministros de Defensa, Iván Velásquez, de Minas, Irene Vélez y del Interior, Alfonso Prada, se analiza qué medidas se van adoptar en esa región del país, para que frenar estos actos de violencia.