Hasta la semana 32 y al cambiar de médico, le dijeron a la mujer que su embarazo era de alto riesgo y que hasta podría morir su bebé.
En junio de 2018, Michel Mesa y su esposo Daniel Gómez se enteraron que iban a ser padres por primera vez y la felicidad los embargaba. Sin embargo, lo que ellos señalan como un «error médico» y «omisión de información» hoy los hace padecer un drama porque la EPS Compensar no les informó que su bebé tenía Síndrome de Down.
Su historia comenzó cuando se realizaron la ecografía de translucencia nucal fetal, entre la semana 11 y 12, la cual permite hacer una medición de la nuca y determinar si el bebé tiene o no probabilidades de Síndrome de Down.
«Esa ecografía me la hice con Idime y le preguntamos al doctor cómo estaba el bebé y nos dijo que todo bien. Nos alertamos porque el examen tenía un rango subrayado y le llevamos los exámenes a la ginecobstetra para preguntarle por qué estaba subrayado, realmente no entendíamos», contó Michel a LA FM.
En ese entonces, Michel estaba afiliada en la IPS de Compensar en Chía y era atendida por la ginecobstetra Marta Cecilia Díaz, a quien en julio de 2018 le mostraron los exámenes y le preguntaron por este resultado y «ella nunca nos dijo nada, fue un control normal».
Michel relató que ella quería que su hijo naciera en Bogotá y no en Chía por lo que pidió un traslado de IPS, que autorizaron para que ella ahora fuera atendida en el Compensar, ubicado sobre la Calle 26, en Bogotá. Para este momento, Michel ya tenía 32 semanas de gestación y se acercaba el día del parto.
Ya era diciembre, cuando el doctor revisa su proceso de gestación y las ecografías que le habían realizado y le preguntó que le había dicho su anterior ginecobstetra sobre ese examen, Michel y Daniel le dijeron que no entendían su pregunta pues su embarazo había transcurrido en total normalidad.
«Me dijo: ‘¿qué medidas tomaron cuando vieron este resultado?’. Nosotros no entendíamos y nos dijo: ‘aparece que tiene altas probabilidades de tener Síndrome de Down'», expresó.
Eso fue en diciembre cuando ella prácticamente ya iba a tener al niño. «Fue una sorpresa terrible para mí porque no tenía ni idea. Me dijo: ‘pero ¿la doctora nunca le dijo nada?’ y le dije que no».
Allí, el médico le informa que su embarazo es de alto riesgo y que ya no se puede realizar la amniocentesis (prueba que consiste en extraer una pequeña cantidad de líquido amniótico punzando la barriga de la madre a través del ombligo), examen que podía validar si el bebé venía o no con esta condición.
La amniocentesis se podría realizar entre las semanas 12 y 13 cuando el bebé aún es un feto y hay menos probabilidad de generar un aborto espontáneo. Con este resultado informan a los próximos padres sobre el estado de salud de su pequeño y como lo permite la sentencia C-355, la madre gestante tiene derecho a decidir si continúa o no con el embarazo.
Pero en el caso de Michel, este procedimiento ya no se podía realizar porque el médico le advirtió que podría generase un aborto espontáneo.
«Él se puso nervioso y me dice no sé qué hacer, su embarazo es de alto riesgo. Me remitió con otra funcionaria y ella me advierte que el niño puede no nacer y me remiten al Hospital San Ignacio«, dijo ella.
Ese doctor le informó que solo le quedaba esperar a que el niño naciera y saber si tenía o no este síndrome.
«Fue terrible porque duramos toda una semana yendo a donde un ecógrafo diferente a que nos dieran noticias más alentadoras pero cada vez nos daban peores», señaló Michel.
Detalló que otros especialistas que revisaron su caso cuestionaron que esa ginecobstetra no le hubiera informado del alto riesgo de su embarazo. «Me decían: el niño viene con huesos largos y cortos, con hueso nasal pequeño, que estaba aumentada la parte de la nuca, todo lo que veían hacia parte de un niño con Síndrome de Down».
Su riesgo era el más alto, tenía trisomia 21.
También cuestionaron que la Dra. Marta Cecilia le haya enviado después una ecografía de detalle, donde no se puede ver si hay o no esta condición, en vez de haberla remitido para que le realizaran la amniocentesis, en las semanas que aún se podía realizar, y haberle informado de su caso oportunamente.
Con dolor, Michel relató que una de las especialistas le recomendó que no hiciera baby shower porque seguramente el niño no podía nacer y podía morir en el vientre, debido al alto riesgo de su embarazo.
Señaló que su madre se encontró a esta médica y le reclamó por esto, a lo que ella, según aseguró Michel, le expresó que no le quiso decir para no preocuparla.
«Ella sí sabía y había visto el resultado entonces hay omisión de información, se me violó el derecho a saber la condición en que venía mi hijo y también el derecho a decidir», manifestó.
Cuando nace su hijo y solicitó la historia clínica de su embarazo, añadió que solo le entregaron el reporte desde agosto hasta enero, y faltaban precisamente los meses de junio y julio.
«Me dieron miles de excusas y al fin me la dieron y en lo que faltaba dice ‘se da a conocer la sentencia c-355 referente a la despenalización del aborto y las tres causales reconocidas, usuaria decide continuar con el embarazo‘. Cuando leímos nosotros dijimos, ¿cuál decide? si a mí nunca me hablaron de ninguna sentencia y nunca me dijeron que el niño podía tener Síndrome de Down, obviamente mi embarazo era deseado y nunca me preguntaron si yo quería continuar o no con este», relató.
Sin embargo, en la historia clínica, el médico que la alertó sobre lo que sucedía escribió que la usuaria manifiesta que no se le dio información sobre tal sentencia, mientras que en las consultas que realizó la otra obstetra nunca reportó que la ecografía estaba alterada.
Ahora, ellos están felices con su bebé, un milagro de Dios, y han intentado inscribirlo al Plan Complementario pero Compensar lo ha rechazado dos veces por la condición del pequeño.
«Lo único que nosotros le pedimos a Compensar por el error médico que cometieron es el plan complementario del niño, es lo único que estamos pidiendo», puntualizó.