El presidente decretó el estado de excepción para contener la fuerte huelga contra el decreto que sube los precios de los combustibles.
El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, decretó el estado de excepción por 60 días en respuesta a las fuertes manifestaciones de transportadores, desarrolladas en las principales ciudades del país. Ellos se oponen a la eliminación del subsidio a los combustibles, lo que hizo que el precio de estos subiera en 123 %.
Se trata de las mayores protestas desde 2007, explica la agencia AFP, año en que Rafael Correa llegó al poder. Ahora Correa es uno de los mayores críticos del presidente. Cabe mencionar que entre 1996 y 2007 fueron derrocados tres mandatarios en ese país: Abdalá Bucaram (1997), Jamil Mahuad (2000) y Lucio Gutiérrez (2005). Gutiérrez salió del poder en medio de fuertes protestas.
Moreno ha defendido el estado de excepción, pese al malestar de opositores, y dijo que seguirá adelante con las medidas económicas que aumentaron los precios de los combustibles y que hacen parte de un acuerdo de créditos al que llegó con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
«No existe posibilidad de cambiar principalmente aquellas relacionadas con un subsidio perverso que estaba causando demasiado daño al país, que distorsionaba la economía, pero que sobre todo permitía importantes recursos del erario nacional vayan a manos de quien no correspondía: personas pudientes o personas (…) que traficaban con el combustible», dijo el presidente, la tarde de este jueves, en una declaración.
El estado de excepción le permite al Gobierno limitar la «libertad de tránsito en todo el territorio nacional», en caso de considere que se están afectando a otros ciudadanos, suspender «la libertad de asociación y reunión», y recurrir a la censura previa a la prensa.
Sin embargo, en algunos puntos las protestas continuaron, sobre todo en Quito. Imágenes de la agencia AFP muestran que los manifestantes aún estaban en las calles durante la noche de este jueves.
Posteriormente, el presidente se fue a Guayaquil, la ciudad más poblada de Ecuador y donde se han concentrado gran parte de las manifestaciones. Desde allí dijo que había un intento de desestabilizar su gobierno e incluso llamó ‘golpistas’ a los manifestantes: «Mi presencia fundamental acá, al igual que todos los ministros, de las Fuerzas Armadas, de la Policía Nacional, es (para) evitar que aquellos que saquearon al país sigan saqueando en otras instancias el Ecuador. No lo vamos a permitir», declaró Moreno, según el diario ‘El Comercio’.
Aseguró, además, que ya se había agotado «el mecanismo de diálogo»: «Venimos dialogando hace muchísimo tiempo. Lastimosamente ha habido escasa seriedad». Y agregó: «A esos golpistas les digo que les vamos a decir ‘no’. El Ecuador les va a decir no. Así que mejor acójanse a las consecuencias».
Respecto al estado de excepción, afirmó que este ya estaba dando resultados: «Se están controlando casi en su totalidad los focos de violencia que se han generado».
Las decisiones adoptadas ¡están en firme! He dispuesto el Estado de Excepción para precautelar el orden, la seguridad ciudadana y con el fin de controlar a quienes pretenden provocar caos. No accederemos a chantajes y actuaremos acorde a la ley. #NoAlParo #DecididosACrecer