El jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, aseguró que Estados Unidos no contribuirá a «legitimar otro fraude electoral» en Venezuela. Esto tras la invitación del gobierno de Nicolás Maduro a la ONU y la Unión Europea para observar las elecciones legislativas de diciembre.
«Nosotros y nuestros socios democráticos en Venezuela y la comunidad internacional no contribuiremos a legitimar otro fraude electoral más llevado a cabo por el régimen de Maduro», afirmó Pompeo en un comunicado.
Estados Unidos, que junto a unos 60 países desconoce el mandato de Maduro por considerarlo resultado de un fraude, exige a Venezuela la realización de elecciones «libres y justas» para «restaurar la democracia».
El secretario de Estado estadounidense dijo a periodistas que 34 países se pronunciaron a favor de un gobierno de transición en Venezuela para asegurar comicios transparentes.
Pompeo negó en su comunicado de este jueves que esas condiciones estén dadas, un día después de que el canciller venezolano, Jorge Arreaza, dijera que existen «amplias garantías» para los comicios del 6 de diciembre y que se invitó al secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, y al jefe de la diplomacia de la UE, Joseph Borrell, para que participen como observadores.
Maduro levantó el martes medidas judiciales contra más de un centenar de opositores, 26 de ellos diputados, algunos exiliados después de que les retiraran su inmunidad, además de varios colaboradores del jefe parlamentario y líder opositor, Juan Guaidó.
Pero Pompeo rechazó que la situación en Venezuela cambie con la liberación de un centenar de venezolanos, ninguno de los cuales debería haber sido encarcelado «ni un solo día».
«El anuncio del régimen de Maduro de la desestimación condicional de los cargos penales contra aproximadamente un tercio de los presos políticos que tiene no resuelve, ni siquiera aborda la crisis política subyacente«, señaló, subrayando que «arbitrariamente el régimen» puede rescindir este beneficio.
Destacó que Guaidó, y otros dirigentes opositores como Leopoldo López, Julio Borges y Carlos Vecchio siguen «amenazados, acosados y acusados por el régimen». Y dijo que los cargos contra el diputado Juan Requesens «no fueron desestimados y permanece bajo arresto domiciliario».
Además, indicó Pompeo, el gobierno de Maduro no liberó a ningún líder chavista o sindical destacado, ni a ningún miembro del ejército, «a pesar de su desproporcionado número entre los presos políticos».
También recordó que el Consejo Nacional Electoral (CNE) «designado ilegalmente, permanece bajo un estricto control del régimen», y consideró que no hay libertad de prensa, expresión o reunión, «condiciones mínimas para recibir una misión de observación electoral internacional creíble siguen ausentes».
«Para los presos que fueron liberados, regresar a casa es un día para celebrar», pero «aún así, la condición de la democracia en Venezuela sigue siendo terrible», dijo Pompeo.
«Instamos a todos los actores democráticos, tanto dentro como fuera de Venezuela, a continuar insistiendo en las condiciones necesarias, internacionalmente aceptadas, para unas elecciones libres y justas«, enfatizó.