España, Italia y Francia registraron una esperanzadora reducción del número de muertos por coronavirus en las últimas horas, pero la pandemia, que ya mató a 68.000 personas en todo el mundo, se extiende en Estados Unidos, donde los ciudadanos se preparan para la «semana más dura».
Con buena parte del planeta confinado, el aumento de la violencia de género ha llevado a la ONU a hacer un llamamiento «a la paz en los hogares de todo el mundo».
«La violencia no se limita al campo de batalla», «para muchas mujeres y niñas, la amenaza es mayor precisamente allí donde deberían estar más seguras», dijo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Una imagen resumió el domingo la calamidad que asola al mundo: el Papa Francisco, solo, dando inicio a la semana santa, normalmente sinónimo de iglesias llenas y procesiones, pero que este año sorprende a la mitad de la población mundial confinada.
«Mirad a los verdaderos héroes que salen a la luz en estos días. No son los que tienen fama, dinero y éxito, sino que son los que se dan a sí mismos para servir a los demás. Sentíos llamados a jugaros la vida. No tengáis miedo de gastarla por Dios y por los demás: ¡La ganaréis!», pidió el papa en una basílica vacía.
Los balances de muertos e infectados por el nuevo coronavirus siguen aumentando y hasta este domingo había más de 1,2 millones de contagios en 190 países, según un recuento de la AFP.
Del total de fallecidos, 49.000 están en Europa, principalmente en Italia y España, donde los habitantes comienzan a recuperar la esperanza.
Texto realizado por Liliana Pinzón Garzón / Artículo tomado de RCN RADIO.