Las tendencias en alimentación más saludable y ecológica se encuentran en alza en toda Latinoamérica, y Colombia no es la excepción. A medida que descubrimos más sobre el mundo y sobre cómo nuestras decisiones afectan factores como el clima, la naturaleza e incluso la agricultura, la economía y los entornos laborales de otros países, muchas personas están tomando la decisión de seguir una dieta vegana o vegetariana.
En marzo de 2016 se llevó a cabo una encuesta que determinó que el 8% de la población colombiana es flexitariana, mientras que el 4% es vegetariana y el 2% es vegana. Sin duda alguna, si esta encuesta se llevara a cabo de nuevo en 2019 los porcentajes serían mayores. La dieta flexitariana, considerada un punto medio que, en lugar de eliminar por completo los productos de origen animal, los reduce para disminuir el impacto en el medio ambiente y en la salud, se encuentra en alza debido a que ofrece alternativas flexibles para que sea menos difícil adaptarse en el contexto de cada individuo. Sin embargo, las dietas veganas y vegetarianas continúan también siendo adoptadas cada vez por mayor cantidad de personas, y en respuesta a esto, cada vez existen más opciones gastronómicas para quienes eligen esta dieta.
Mientras Colombia ofrece una cantidad limitada, pero creciente, de restaurantes veganos y vegetarianos, cada vez más cadenas están sintiendo la presión de sus clientes por ofrecer alternativas. Una cadena que ofrece una opción vegetariana es Sandwich Gourmet, cuyo sándwich vegetariano contiene encurtido fresco de habichuelas, cebollitas, pepino, pimentón, coliflor, tomate, lechuga, queso mozzarella y salsa de ajo. Este platillo también puede pedirse a domicilio, a través de la alianza de delivery de Sandwich Gourmet con la plataforma de entrega de Domicilios.
Todas las apariencias indican que no pasará mucho tiempo antes de que cadenas como McDonald’s se sumen a la tendencia, dado que recientemente han añadido opciones vegetarianas a su menú en muchos países europeos, en Estados Unidos y en Canadá. Decisiones como éstas, motivadas por el incentivo del mercado, se hacen cada vez más inevitables, dado que ya para 2016 más del 40% de los latinoamericanos encuestados se consideraba flexitariano, vegetariano o vegano.