El atleta ecuatoriano Álex Quiñónez, uno de los mejores velocistas del mundo que no pudo participar en los Olímpicos de Tokio, para los que era serio aspirante a medalla, murió asesinado, informaron este sábado autoridades locales.
El deportista poseía la mejor marca nacional en los 200 metros planos con el crono de 19,87 segundos que impuso en la Diamond League de Lausana de 2019, año en el que cosechó el bronce en el Mundial de Doha con 19,98.
Sin que aún se aclare el crimen, Quiñónez, de 32 años, fue asesinado cerca de la medianoche del viernes en un suburbio de Guayaquil (suroeste de Ecuador) tras ser atacado a bala cuando estaba acompañado de un joven, quien también falleció, señaló una fuente policial.
El presidente ecuatoriano Guillermo Lasso expresó el sábado su pesar.
Esa situación llevó a Lasso a declarar el lunes el estado de excepción en todo el país por 60 días, ordenando que los militares salgan a las calles a patrullar y hacer requisas.
Previamente el ministerio del Deporte señaló que «con profundo dolor confirmamos el asesinato de nuestro deportista Alex Quiñónez».
«Perdimos a un gran deportista, a una persona que nos hizo soñar, que nos hizo emocionar», añadió la cartera por la misma red social, apuntando que Quiñónez, campeón panamericano Lima-2019, fue el «mejor velocista de la historia de nuestro país».
El atleta se alistaba para una base de entrenamiento en Estados Unidos, con miras a su retorno oficial a las pistas, pues tenía previsto participar en el Mundial de Oregon en 2022.
Quiñónez desde 2018 formaba parte del equipo de atletismo del FC Barcelona de España, donde intervenía en competiciones.