El cuerpo del fraile capuchino, del que se decía que tenía los estigmas – las heridas de la crucifixión de Cristo – en las manos y los pies, se va a conservar y colocar en un ataúd con una parte de cristal durante varios meses, a partir del 24 de abril.
Un comunicado de la iglesia dijo que el cuerpo estaba en “buen estado”, sobre todo las manos, sobre las que el arzobispo Domenico D’Ambrosio, que presenció la exhumación del cadáver en la ciudad del sur de Italia en la que murió Pío, dijo que “parecía que acabara de hacerse una manicura”.
Un portavoz del monasterio en San Giovanni Rotondo dijo que creía que los encargados de pompas fúnebres podrían conservar la cara del monje con barba lo suficiente como para ser reconocido.
El cuerpo, que había sido enterrado en una cripta de mármol, fue exhumado durante un servicio de tres horas que finalizó después de la medianoche.
Una revista católica reveló una vez que muchos más creyentes rezaban al Padre Pío que a cualquier otro icono de la fe, incluida la virgen María o Jesucristo.
Unos 7 millones de personas visitan su tumba cada año. Hay unos 3.000 “Grupos de oración al Padre Pío” en todo el mundo, que tienen alrededor de 3 millones de miembros.
El fraile, nacido Francesco Forgione, murió en 1968 a los 81 años y entre las historias que le rodean se habla de que luchó contra el demonio en su celda del monasterio.
También se ha dicho del Padre Pío que predecía el futuro, que se le vio en dos sitios a la vez, y que podía decirle a la gente cuáles eran sus pecados antes de que se los confesaran.
El Papa Juan Pablo II le hizo santo en 2002 en una ceremonia en la que reunió una de las mayores multitudes vistas nunca en el Vaticano, después de que la iglesia dijera que había encontrado pruebas de que la curación milagrosa de una mujer enferma se debió a la intervención del monje fallecido.
Pero el Padre Pio sufrió acusaciones de fraude durante su vida e incluso tras su muerte.
Un libro publicado el año pasado sugirió que era un hombre que se autolesionaba y que podría haber usado ácido carbónico para crearse las heridas en las manos imitando a las de Jesucristo en la cruz.
Tomado de: reuters.com