Con un sentido homenaje, el Cuerpo de Bomberos de Barranquilla despidió, entre honores, al sargento Javier Enrique Solano Ruiz, de 53 años, la única víctima fatal de la emergencia vivida en las últimas 60 horas en la ciudad a causa de un monumental incendio en la zona portuaria.
El socorrista perdió la vida el pasado miércoles 21 de diciembre, cuando atendía la conflagración ocurrida en el interior del puerto Compas, en los tanques de almacenamiento de combustible de la empresa Bravo Petroleum.
Su féretro salió desde la capilla de velación de la funeraria Los Olivos hasta la estación 11 de noviembre, del Cuerpo de Bomberos, en el barrio Modelo, de Barranquilla. Allí fue recibido con una calle de honor por parte de sus compañeros y en medio de las lágrimas de sus seres queridos.
Las imágenes de la desgarradora despedida evidencia el inmenso dolor por la partida del sargento, quien dedicó los últimos 26 años de su vida a servirle a la ciudad desde el organismo de socorro.
Tras el sentido homenaje, el cuerpo fue trasladado en un camión de bomberos adornado con un arreglo floral y seguida por una gran caravana, hasta el cementerio de Los Olivos, en la vía a Puerto Colombia.
El sargento Javier Solano fue impactado con una estructura metálica en el momento en que uno de los tanques de combustible que estaba envuelto en llamas explotó. Rápidamente, fue traslado hasta la clínica Misericordia Internacional, muy cerca al sitio de la emergencia, pero allí falleció a raíz de un paro cardiorrespiratorio.
Todo lo ocurrido encendió las alarmas de los organismos de control del país que ahora buscan explicaciones sobre lo que causó el incendio, la capacidad que tiene Barranquilla ante semejante emergencia, las condiciones laborales en las que prestan sus servicios los miembros del Cuerpo de Bomberos, las cuales, ya extinguido el fuego, se empezarán a conocer.