La amenaza más reciente podrían ser los videos alterados, también conocidos como ‘deepfake’.
Mientras los estadounidenses se preparan para las elecciones presidenciales de 2020, las amenazas digitales a la seguridad electoral se están multiplicando, avivando los temores de un resultado poco transparente.
Las preocupaciones se intensificaron luego de que se revelara la amplia campaña de desinformación en Facebook y otras redes sociales que se llevó a cabo en 2016, en gran parte dirigida por agentes rusos.
Las operaciones de interferencia y desinformación en torno a las elecciones «son parte de un desafío mucho mayor y continuo para las democracias en todas partes», dijo un informe del Centro de Política Cibernética de la Universidad de Stanford.
Maurice Turner, un especialista en seguridad electoral del Centro para la Democracia y Tecnología, aseguró que estas amenazas podrían conducir a «un impacto negativo en la confianza de los votantes» en 2020.
Aumento de las defensas
La amenaza más reciente podrían ser los videos alterados, también conocidos como «deepfake«, en los que imagen y audio son manipulados con inteligencia artificial para poner palabras en boca de los candidatos.
Incluso podría mostrar «imágenes poco halagadoras o abusivas de mujeres y aspirantes minoritarios en un esfuerzo por desacreditarlos«, dijo en un informe Darrell West, del Centro de Innovación Tecnológica del Brookings Institution.
«Es fácil manipular imágenes fijas o secuencias de video para poner a alguien en una situación comprometedora«, escribió West.
Las redes sociales como Facebook y Twitter serán examinadas de cerca sobre qué tan bien combaten la desinformación.
Según los expertos, cada vez será más difícil enfrentar las cuentas automáticas que buscan amplificar las noticias falsas.
La posición poco firme que se tomó contra la manipulación en 2016, probablemente habrá «envalentonado a Rusia a intentarlo nuevamente en 2020″, escribió el académico de Stanford y exjefe de seguridad de Facebook, Alex Stamos. Otros países, como China, Irán o Corea del Norte, podrían intentarlo también.
Los equipos de seguridad de Facebook, Google, Microsoft y Twitter se reunieron este mes con funcionarios del FBI, de seguridad nacional y de inteligencia para discutir la colaboración sobre las amenazas electorales.
Instagram, la plataforma de Facebook enfocada en las imágenes, podría convertirse en el «imán de desinformación» en 2020, sugiere un informe de la Universidad de Nueva York, que también detalla que las organizaciones rusas podrían intentar reclutar estadounidenses para ayudar a difundir la propaganda.
Supresión digital
Algunas de estas interferencias tienen como objetivo «reprimir a los votantes» o disuadir a las personas de votar a través de la intimidación o las mentiras, una táctica que probablemente aumentará en 2020.
La Agencia de Investigación de Internet, vinculada al Kremlin, publicó anuncios en Facebook para reducir la participación de votantes no blancos en 2016 al instarles a «boicotear las elecciones», argumentando que ninguno de los candidatos a la Casa Blanca serviría a los votantes negros, según una investigación dirigida por el profesor Young Mie Kim, de la Universidad de Wisconsin
Algunos mensajes entregaban una fecha de elección errónea, alentaban a las personas a llevar armas a las urnas o sugerían que las personas podían votar a través de mensaje de texto, lo que no está permitido.
«Todavía hay muchos grupos que no tienen una identidad en línea verificable» y pueden estar controlados por actores extranjeros, dijo Kim.
Al menos ocho estados de Estados Unidos tendrán máquinas electrónicas que podrían no ser auditables si se cuestionan los resultados, según el Centro Brennan de la Universidad de Nueva York.
«Tendremos un mosaico de fortalezas y debilidades, y los atacantes que deseen desacreditar las elecciones elegirán los lugares más débiles», dijo Alex Halderman, especialista en seguridad electoral de la Universidad de Michigan.
Muchos gobiernos locales utilizan sistemas informáticos obsoletos, por lo que las amenazas de piratear bases de datos de votantes y utilizar ataques que bloquean las listas electorales también son preocupantes.