
La noche del pasado 23 de noviembre, los cielos de Brasil fueron testigos de un espectáculo celestial impresionante: Un meteoro de gran brillo, catalogado como bólido, se desintegró en una explosión luminosa que duró poco más de un segundo.
El fenómeno, registrado por la Red Brasileña de Monitoreo de Meteoritos y visible en varias regiones, principalmente en los estados de São Paulo, Paraná y Minas Gerais, ha generado sorpresa y fascinación, revelando detalles sobre el tamaño estimado del objeto, inferior a un metro de diámetro, y su espectacular trayectoria.
El evento cósmico, que capturó la atención de observadores y científicos, involucró a un meteorito con un diámetro estimado de menos de un metro al ingresar a la atmósfera terrestre.
Este tamaño, aunque relativamente pequeño en la escala cósmica, fue suficiente para generar un fenómeno visual de gran intensidad. Viajando a velocidades asombrosas, la roca espacial comenzó a interactuar con las capas atmosféricas, generando una intensa fricción que la calentó hasta incandescencia.
Según los datos recopilados por la Red Brasileña de Monitoreo de Meteoritos (BRAMON), el bólido hizo su entrada triunfal a una altitud de 94,4 kilómetros.
Fue en este punto donde el meteoro experimentó una explosión de considerable magnitud, liberando una gran cantidad de energía lumínica durante aproximadamente 1,05 segundos.
Este resplandor intenso fue lo que permitió que el evento fuera visible a simple vista desde distancias considerables, abarcando principalmente los estados de São Paulo, Paraná y Minas Gerais, donde numerosos testigos pudieron presenciar el fugaz destello en el cielo nocturno.
La trayectoria del fragmento espacial continuó descendiendo, aunque cada vez más pequeño debido a la abrasión atmosférica. Finalmente, a una altitud de 67,1 kilómetros, el meteorito se extinguió por completo en otra explosión.
Afortunadamente, eventos como este son comunes y, en la mayoría de los casos, los fragmentos se desintegran por completo antes de alcanzar la superficie terrestre, representando un riesgo mínimo para la población.
El registro de este bólido subraya la importancia de la Red Brasileña de Monitoreo de Meteoritos, que ha estado operando desde 2016. Desde su inicio, BRAMON ha documentado un número creciente de meteoros de gran tamaño, proporcionando valiosa información a la comunidad científica sobre la frecuencia y las características de estos objetos que impactan nuestra atmósfera. Estos datos son cruciales para comprender mejor el entorno espacial cercano a la Tierra y para la investigación en el campo de la astronomía. La capacidad de rastrear y analizar eventos como el del 23 de noviembre, incluyendo la estimación de su tamaño y la determinación de las áreas donde fue visible, demuestra la eficacia de esta red de monitoreo.
Este reciente avistamiento sirve como un recordatorio de la constante actividad que ocurre en nuestro sistema solar y de la fascinante interacción entre la Tierra y los cuerpos celestes. La explosión del bólido sobre Brasil no solo ofreció un espectáculo visual impresionante para los habitantes de São Paulo, Paraná y Minas Gerais, sino que también contribuyó al creciente cuerpo de conocimiento sobre los meteoritos y su comportamiento al entrar en contacto con nuestra atmósfera.