Un tribunal británico condenó este lunes a cadena perpetua la enfermera británica hallada culpable de asesinato de siete recién nacidos y de otros intentos de homicidio, un caso que ha conmocionado al Reino Unido.
Lucy Letby, de 33 años, fue sentenciada a prisión de por vida sin posibilidad de liberación, una pena muy poco frecuente en la legislación inglesa.
«Actuó de una manera totalmente contraria a los instintos humanos normales que son cuidar a los bebés y en violación flagrante con la confianza que todos los ciudadanos depositan en los profesionales de la salud», declaró el juez del tribunal de Mánchester James Goss.
Debido a la «gravedad excepcional» de los crímenes, «pasará el resto de sus días en la cárcel», sentenció. La lectura de la sentencia fue difundida en directo por la televisión.
El tribunal ya había declarado a Letby culpable del asesinato de siete recién nacidos prematuros el viernes, así como de seis intentos de homicidio en el hospital en el que trabajaba.
La mujer, descrita por la acusación como «fría, calculadora, cruel y tenaz», se negó a estar presente durante la audiencia final y clamó su inocencia a lo largo del juicio, que empezó en octubre de 2022.
Es «cobarde que quienes cometen crímenes tan horrendos no den la cara ante sus víctimas», dijo el primer ministro británico, Rishi Sunak.
Letby trabajaba en la unidad de cuidados intensivos del hospital Countess of Chester, en el noroeste de Inglaterra, donde tuvieron lugar los asesinatos entre junio de 2015 y junio de 2016.
La mujer inyectó aire a los bebés por vía intravenosa y mediante sondas naso-gástricas, y les administró sobredosis de leche.
Una de las preguntas que quedan sin resolver es por qué Letby no fue detenida antes, cuando la prensa británica indica que un grupo de médicos habría emitido alertas desde 2015.
La dirección del hospital, preocupada por la reputación del centro, no los habría escuchado o habría decidido no actuar, según la prensa.
Fuente: Sistema Integrado de Información – RCN Radio – Omar David Cifuentes