Manifestantes opositores y la policía se enfrentaron este domingo por la noche en Bielorrusia, tras unas elecciones presidenciales tensas disputadas entre el autoritario Alexandre Lukashenko, al que los sondeos dan como ganador, y una rival inesperada que reivindica el apoyo de una «mayoría».
Poco después del anuncio de un sondeo oficial, que daba como ganador al presidente saliente con cerca del 80% de los votos, simpatizantes de la oposición se concentraron en la capital, Minsk, pese a las advertencias de las autoridades, que desplegaron un importante dispositivo antidisturbios.
Medios rusos y bielorrusos reportaron el uso de granadas sonoras antidisturbios y cañones de agua por parte de la policía, además de enfrentamientos con los manifestantes y arrestos.
Según esos medios, se llevaron a cabo concentraciones en varios lugares de la capital, así como en Brest, Koobryn, Pinsk, Baranovichi, Gomel y Grodno, entre otros.
Un periodista de la AFP escuchó la explosión de granadas sonoras cerca del monumento Stella de la capital y vio a las fuerzas del orden, equipadas con escudos antidisturbios, dirigirse hacia los manifestantes. El sitio era inaccesible debido al importante dispositivo de seguridad.
La policía dispersó del lugar a cientos de manifestantes, según imágenes del portal de la emisora de radio RFE/RL. Videos filmados por testigos y difundidos por medios locales, mostraban a grupos de manifestantes que trataban de congregarse. Los policías los dispersaba por la fuerza en algunos lugares.
Un fotógrafo de la AFP vio a manifestantes insultar a policías y otros mostraban banderas de la oposición frente a los piquetes de las fuerzas del orden que impedían el acceso al centro de Minsk. Más tarde, la policía aseguró tener «el control de la situación», según indicó la agencia de prensa estatal Belta, citando al Ministerio de Interior.
Al depositar su papeleta en la urna este domingo, Alexandre Lukashenko prometió que no habría ninguna «pérdida de control» ni ningún «caos» en el país.
«Vencer el miedo»
La campaña electoral estuvo marcada por una movilización sin precedentes a favor de Svetlana Tijanóvskaya, una novata en política, profesora de inglés de 37 años. La candidata logró, en un país en el que nunca se ha formado una oposición fuerte, atraer a multitudes en sus mítines de campaña.
Este domingo por la noche, Tijanóvskaya consideró que «la mayoría» de los ciudadanos la apoyaba, pese a que el sondeo oficial realizado a la salida de las urnas le acreditaba el 6,8% de los votos, frente al 79,7% que habría obtenido Alexandre Lukashenko.
La jornada electoral fue tensa, con enormes filas en los colegios electorales. Muchos electores concurrieron a votar con un brazalete de color blanco como símbolo de reconocimiento, como lo pidió la candidata opositora.
«Considero que ya hemos ganado pues hemos vencido nuestro miedo», declaró Tijanóvskaya, que en los últimos días había denunciado los «fraudes descarados» orquestados por el poder. El número de observadores se redujo al mínimo, mientras que los observadores internacionales independientes no pudieron asistir a la elección.
Los resultados debían conocerse en la noche del domingo o en la mañana del lunes. Según cifras oficiales, la participación fue del 84,5%.