El pasado mes de septiembre un hombre lanzó a su pequeño hijo a un helado río en Gran Manchester, Inglaterra, en una aparente crisis mental.
Según revelaron le medios locales, el sujeto identificado como Zak Bennett-Eko, de 23 años, diagnosticado con esquizofrenia paranoide, tomó a su hijo de once meses de edad y se dirigió con él hasta el afluente para tirarlo al agua sin medir la consecuencia de sus acciones.
Durante su juicio, el ente acusador explicó que tras el fatal hecho, algunas personas que pasaban por el lugar y se percataron de que ocurría llamaron de inmediato a emergencia, pero la inaccesibilidad del río y la fuerza de la corriente significaron que los socorristas tardaran una hora en rescatar al bebé.
Según la necropsia el menor de edad falleció a los pocos minutos de caer al agua.
Por su parte, los abogados defensores del padre manifestaron que el homicidio fue involuntario debido a su enfermedad mental.
El juez a cargo del caso dijo a las siete mujeres y cinco hombres del jurado que revisen bien la evidencia de los expertos sobre la salud mental del acusado antes de tomar una decisión.
Se espera que en los próximos días se conozca el dictamen final contra Bennett-Eko.