Estados Unidos declaró este jueves una emergencia de salud pública por la viruela del mono, lo que le permitirá desembolsar fondos, recopilar datos y movilizar a más personal en la lucha contra la enfermedad.
«Estamos preparados para elevar la respuesta un nivel más para abordar este virus, e instamos a todos los estadounidenses a que se tomen en serio la viruela del mono y asuman la responsabilidad de ayudarnos a hacer frente a este virus«, dijo el secretario de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra.
A comienzos de esta semana, la Casa Blanca anunció la creación de un grupo de respuesta ante la propagación de la viruela del mono, después de sufrir críticas por su lentitud a la hora de comprar vacunas y tratamientos.
La semana pasada, las autoridades sanitarias anunciaron que más de un millón de vacunas contra la enfermedad serían puestas a disposición de los estados en los próximos días, de las cuales ya se han entregado 600.000, anunció Becerra.
Además, esperan recibir otras 150.000 dosis en septiembre, y vacunas adicionales en octubre y noviembre.
El país registra actualmente más de 6.500 contagios de viruela del mono, una cifra muy superior a los 4.600 que se registraban la pasada semana.
La declaración de emergencia nacional también obligará a que los estados compartan información sanitaria sobre la viruela del mono con las autoridades federales, lo que agilizará la respuesta a la emergencia, explicó la directora de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), Rochelle Walensky.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya decretó hace dos semanas una emergencia sanitaria internacional por el brote, después de que se hayan detectado más de 18.000 casos en 75 países, muchos de ellos europeos, y algunas muertes.